Esclavos de la droga en Linares: dosis a cambio de hacer de ‘correo’ para una traficante

La Policía Nacional detiene a una mujer que obligaba, bajo amenazas, a 'transportar' estupefacientes a personas adictas vulnerables

Por:Javier Esturillo
Vehículos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil en los juzgados de Linares. Foto: Javier Esturillo

En El Cerro coexisten sin mezclarse gitanos y payos, moradores de distintos países y pelaje, ‘narcopisos’ y chalés rumbosos, chatarrerías. albañiles y especuladores, vertederos ilegales y calles limpias, el ramadán y la Virgen de Linarejos.

Pegado al arroyo Periquito Melchor, se abre un costurón de pobreza extrema, donde abunda el trapicheo, drogadictos sin recursos y gente que abusa de ellos. Es uno de los puntos más activos de tráfico de estupefacientes en Linares.

Allí, una mujer de 37 años y con un largo historial delictivo, se aprovechaba del ‘mono’ de sus clientes para obligarlos a transportar la mercancía con la que abastecer a otros lugares de la ciudad. Lo hacía bajo amenazas y a cambio de la pequeña dosis diaria de droga, que los toxicómanos consumían en la misma vivienda.

Su ‘supermercado’ llevaba mucho tiempo bajo sospecha. La brigada de Estupefacientes de la Comisaría de Linares la conoce y le había echado de nuevo el ojo por el importante movimiento que tenía.

Dinero en metálico incautado por los agentes en la operación Lotus. Foto: Policía Nacional

La detenida, curtida en mil batallas, fue cazada in fraganti por los agentes, antes de que tirara por el desagüe del patio de la casa las papelinas destinadas al menudeo. En su domicilio, la Policía halló 50 gramos de cocaína y heroína, una báscula de precisión y 3.350 euros en metálico, así como diferentes herramientas de construcción, que han sido remitidas a los grupos de Policía Científica y Judicial para su estudio por si proceden de algún otro ilícito penal.

La operación, denominada Lotus, es una más de las que se han llevado a cabo en El Cerro, un lugar donde la marginalidad campa a sus anchas. Para enterarse de las tribulaciones de los señores de la droga en este barrio, hacen falta muchas horas y días de investigación, puesto que reina el silencio entre los vecinos.

Pese a los esfuerzos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, el problema de la droga en esta zona sigue lejos de resolverse, porque buena parte de su población se sigue forrando a costa de los más necesitados, como ocurre en este caso: toxicómanos vulnerables a los que la adicción les lleva a aceptar cualquier encargo, máxime cuando su pellejo está en juego. La mujer fue puesta a disposición judicial y ya se encuentra entre rejas.

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