Todo comienza con un montón de escombros. Alguien decide ahorrarse los servicios de una cuba y en poco tiempo los cascotes se multiplican entre la maleza con restos de obra, muebles viejos, electrodomésticos rotos y todo tipo de desechos llamados a terminar en un punto limpio.
Así es como nace una escombrera incontrolada en cualquier barrio de ciudad, en algunos casos son auténticos vertederos, una fuente peligrosa de insalubridad y un constante quebradero de cabeza para vecinos y ayuntamientos.
Linares lleva años luchando contra esta plaga de suciedad y falta de civismo. Las ordenanzas municipales contemplan sanciones económicas duras, pero solo en contadas ocasiones acaban los responsables enfrentándose a una multa. Al final, los esfuerzos extra salen de los bolsillos comunes.


«A la gente le da igual que haya puntos limpios, tiran todo donde le viene bien», dice Francisco, un vecino de la Avenida Andrés Segovia que cruza el camino de tierra que une el Parque de Bomberos con el barrio de San José. Junto a dos contenedores hasta los dientes de basura, aparecen sendos vertederos en los que a simple vista se pueden observar todo tipo de elementos, desde restos de obra a muebles e incluso electrodomésticos.
«Si se le pone alfombra roja, como dice la alcaldesa, a las empresas que vienen de fuera, hay que cuidar también a los linarenses que vivimos en los barrios», critica el hombre. «Es un problema de mantenimiento, de control y de limpieza», remata.
La Policía Nacional, según ha podido saber este periódico, ha enviado escritos al Ayuntamiento para que tome cartas en el asunto y retire los restos que se acumulan en esta zona y en El Cerro, ya que suponen un verdadero problema para la seguridad ciudadana, puesto se han llegado a encontrar bombonas.




Este panorama se repite en polígonos, senderos y otros barrios del municipio. Por ejemplo, en el descampado que se localiza frente a la Plaza José Zorrilla de Arrayanes, donde la situación ya es insostenible. Al vertido ilegal residuos se suma la quema incontrolada de cable para extraer el cobre, tal y como han denunciado en numerosas ocasiones los residentes.
De hecho, el equipo de Gobierno del Partido Popular creó, el pasado mes de agosto, un grupo de trabajo para frenar esta práctica nociva y altamente contaminante. El problema se abordó en una Junta Local de Seguridad en la que se estableció un protocolo de actuación.
Además, dentro de poco, la ciudad dispondrá de una nueva ordenanza que regulará los edificios en mal estado y los solares abandonados que tantos problemas producen cuando se acerca el verano ante el riesgo elevado de incendios.
Fotos: Javier Esturillo
Dejando de lado el incivismo de muchos vecinos, tenemos servicios de Limpieza que podrían usarse para recoger esa basura.
No creo que nadie se alarme si las calles céntricas, durante dos días al mes, dejan de tener servicio de limpieza porque se está empleando para limpiar la periferia y caminos… Qué dan vergüenza