Linares revive un año más su pasado íbero y romano con unas fiestas con éxito creciente que desbordan la oferta y se disfrutan con intensidad en las calles. El sábado fue un ejemplo de ello desde por la mañana y hasta la conclusión de la noche.
La ciudad regresa a sus orígenes y vuelve a ser Cástulo, una destacada urbe iberorromana, capital de Oretania, en la que se desarrollan todo tipo de actividades lúdicas y culturales. Pero, sin duda alguna, dos citas acaparan la atención del público: el desfile y el circo romano. «Nos han hablado muy bien de estas fiestas y la verdad es que son espectaculares», dice María, una joven estudiante de Granada que ha llegado a Linares invitada por una compañera de la Universidad.
La celebración ha crecido en popularidad a lo largo de los años y se ha convertido en uno de los eventos más importantes y esperados no sólo de Linares, sino de toda la provincia. Esta recreación histórica convierte el casco urbano en un escenario incomparable que puede recordar perfectamente a Cástulo, donde se mezclan las centurias imperiales con los habitantes íberos.
Himilce y Aníbal acapararon las miradas de la gente que se agolpaba en las aceras. Fueron los grandes protagonistas de un cortejo que cada año va a más, por la cuidada estética y la participación de numerosos colectivos locales.
Así, en la fiesta los linarenses -no importa la edad- adoptan los roles que existían antaño y salen a la calle caracterizados de romanos y íberos dispuestos a vivir como los lugareños de la época.
Uno de los sitios más conmemorativos de esta festividad es la Plaza del Ayuntamiento en la que se puede disfrutar de distintas ceremonias, representaciones y música.
Otro punto a recorrer es el Paseo de Linarejos y la Estación de Madrid, en donde se instala el mercado y el campamento; es un punto de encuentro, un espacio para el disfrute de todos.
Por último, el Coso de Santa Margarita recrea en la arena del Circus los combates de los gladiadores del Imperio en una lucha por el triunfo.
Este domingo concluye la programación con la boda entre Aníbal e Himilce, teatro clásico y el apagado de la llama sagrada en una edición que ha superado todas las expectativas de asistencia.
