A Gustavo Prieto Meléndez muchos le conocen por su faceta de hostelero al frente del desaparecido y legendario Long Rock. Juega con blancas. Al otro lado del tablero, su oponente ha cometido un error al defender su rey. Gustavo lo aprovecha para dejar la partida sentenciada.
Ignacio Valcárcel trabaja en la empresa familiar, distribuidora oficial de Mahou en Linares, mientras que Luis Aparicio, ‘Luichi’ para los amigos, es cuidador social. En la misma sala donde ambos debaten sobre un movimiento, Miguel Ángel Rentero, concejal del Ayuntamiento linarense e hijo del mítico Luis Rentero, alma máter del ‘Wimbledon del ajedrez’, se mide en una dura batalla con un contricante que no le está poniendo las cosas nada fáciles.
Todos ellos se reúnen los sábados para disputar torneos en los que participan jugadores avezados con otros que empiezan. Antes de comenzar los envites, Paco Baena y Johnny Alejandro Samaniego han preparado cuidadosamente los tableros y han puesto dos huchas en las que ajedrecistas y público echan unos euros para la Asociación de Acción Social y Sanitarias para Personas en Situación de Dependencia que trabaja en la creación de un centro de día en la ciudad.
Detrás de esta idea está Paco Baena, gerente de Formación Galeno, ubicado en la calle Julio Burell, donde este fin de semana se ha disputado un nuevo campeonato. En él, no importa la edad ni quién eres. Lo sustancial está en divertirse jugando con un deporte que en Linares tiene una larguísima tradición. «Engancha mucho. Conocer a este grupo de gente ha sido una maravilla», declara a este periódico Ignacio.
Es ajedrez en estado puro. Partidas en las que la táctica desparece para dar paso a ataques despiadados que ofrecen dan un plus al espectáculo. Entre el público está Melchor, el futbolista más grande que ha dado el municipio y que ha acudido a ver su hijo. «Le enseñé a jugar y ahora me gana siempre», reconoce con una sonrisa en los labios.
Uno de los mandamientos básicos de estos torneos es pasarlo bien. Aunque haya una pequeño bolsa en premios, pocas partidas acaban en tablas. Además, existe una camaradería maravillosa, en la que los jugadores con más experiencia no dudan en ayudar a los que llegan nuevos. «Juegas muy bien. Si sigues así, pronto mejoraras», le comenta en voz baja Elías a Andrés, quien está acompañado de su padre. «No ha parado de insistirme hasta que hemos conseguido inscribirlo», sostiene el progenitor.
El objetivo es sacar esta iniciativa a las calles y plazas de Linares. Quieren abrirlo a los colectivos vecinales. Así, los barrios interesados solo tienen que pasarse por Formación Galeno. Entre tanto, acaban de subir al grupo de WhatsApp la foto de familia del torneo de este sábado.