María Auxiliadora del Olmo Ruiz (Linares, 1966) nos recibe en la sede del Partido Popular antes de coger el coche y dirigirse a Sevilla, donde le espera un día duro de trabajo en el Parlamento autonómico. Sobre la mesa, algunos apuntes, no muchos, y el teléfono móvil que silencia para que la entrevista sea fluida y no haya interrupción alguna.
Es el rostro amable de la formación conservadora y la candidata a la Alcaldía de Linares. Más de uno suspiró aliviado cuando escuchó su nombre de labios del presidente provincial. Erik Domínguez, como candidata a la Alcaldía. Era su apuesta y la de la mayoría de la militancia. Sin embargo, su elección llegó con suspense, por razones «internas».
Una vez confirmada, Del Olmo ya trabaja en el equipo que conformará su lista, en la que habrá unas cuantas novedades, más allá del ‘encaje’ de Raúl Caro-Accino para que le acompañe como número dos.
Mientras en la calle arrecia el frío, la dirigente popular responde a las preguntas de El Nuevo Observador con toda amabilidad, en una conversación que transcurre en un ambiente suave y sosegado, tal y como es ella.
—¿Cómo imagina Linares dentro de cuatro años, con usted de alcaldesa?
—Mi principal objetivo es devolverle la ilusión a los linarenses. La misma que tengo como candidata. Este encargo del partido lo asumo con mucho respeto y una enorme responsabilidad. Que te elijan como cabeza de lista a la Alcaldía de tu ciudad es el mayor orgullo que cualquier persona que esté en política pueda tener.
He sido concejal en el equipo de Gobierno y en la oposición, y ahora, además, soy parlamentaria andaluza, que es una experiencia maravillosa, pero no hay nada como ser alcaldesa del lugar que te ha visto nacer. Creo es el mayor sueño al que un político puede aspirar. Y digo esto porque quiero a Linares y quiero ayudar a sus vecinos. La mejor manera de hacerlo es con generosidad, pisando fuerte en la tierra en la que vivo. Es fundamental para un político conocer bien su ciudad y, en este sentido, tengo una radiografía muy clara de lo que me gustaría para Linares durante esos cuatro años.
—¿Quién le llama para comunicarle que es la candidata?
—El presidente provincial.
—Más o menos se sabía que iba a ser usted.
—Es cierto que desde hace tiempo el presidente provincial dejó claro que quería alguien del partido. E igual de cierto es que, tanto él como la presidenta local, Mariola Aranda, habían manifestado su deseo de que fuera una esas opciones. Les dije que era una persona de partido, en el que llevo muchísimos años y he estado en primera y en décima fila. Siempre he ayudado en todo lo que he podido, sin pedir nada a cambio. Por eso, cuando dijeron que podría ser yo, asumí esa responsabilidad y les trasladé de que sería un inmenso honor.
—¿No lo dudó en ningún momento?
—Para nada. Linares es mi prioridad.
—¿Y hubo algún instante en el que se planteó la posibilidad de que se quedara en Sevilla para mantener el peso de Linares en el Parlamento y optar, de este modo, por otro candidato o candidata?
—Como le he dicho antes, el presidente mantuvo desde el principio su deseo de que el candidato fuese del Partido Popular. Por lo tanto desde ese mismo momento me puse a disposición del partido para lo que decidiesen.
También es verdad que, posteriormente, hubo un periodo de cierta incertidumbre y puede ser que hubiera nerviosismo, pero el mismo que otros muchos municipios en los que no se sabía el candidato.
Todo esto tenía una razón y no era otra que los cambios que se produjeron a nivel nacional, con la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la Presidencia. Esto demoró algo las cosas, como es lógico, porque lo primero era organizar el partido y, después, ir bajando en la estructura. Como comprenderá, eso requiere de un tiempo y de ahí la tardanza.
—Cuanto menos llama la atención todos los rumores que se sucedieron en torno al posible candidato o candidata, hasta tal punto de que incluso se habló de que su designación dependería de unas encuestas. Permítame decirle que sonaba algo raro para la segunda población más importante de la provincia.
—Lo de la encuestas tiene una explicación y no es otra que reestructurar el partido de arriba hacia abajo, con un verano de por medio, por lo que todo se fue retrasando. Sin ir más lejos, el candidato de la ciudad de Cádiz no se supo hasta 24 horas antes de su presentación. Todos los dirigentes tienen sus preferidos o sus posibles candidatos y, en este punto, se realizan una serie de encuestas no solo en Linares, sino en otros muchos lugares. El partido en su pleno derecho de elaborar estas encuestas para saber cómo está la marca en cada sitio.
—Al menos, con su designación, ya se ha acabado con la intranquilidad que había en las bases.
—No había tanta intranquilidad. Lo que había era ganas de saber quién iba a encabezar la lista. Además, en otras elecciones se sabían las candidaturas con mucha más antelación. Y este año, por las circunstancias que le he explicado con anterioridad, se han marcado otros tiempos y las candidaturas de los municipios mayores de 50.000 habitantes se han conocido a partir de febrero.
—¿Y el ‘encaje’ de Raúl Caro-Accino?
—No es ningún encaje como dice. Raúl viene a sumar. Ha sido alcalde y ha gestionado esta ciudad. Conoce tanto las cosas buenas como las malas de Linares. Las puertas del Partido Popular están abiertas para todos aquellos que quieran venir a sumar.
—Pero eso de afiliarse 24 horas antes… No sé.
—Respecto a lo que me dice, no lo sé. Deberá preguntárselo a él. Lo único que puedo decirle que me he sentido muy bien durante el tiempo que gobernamos juntos y solo tengo palabras de agradecimiento. En este sentido, insisto en que viene a sumar y no a restar. Todos estamos en el mismo barco y ese es el de ayudar a nuestra ciudad para darle un vuelco.
—Lo que si es cierto es que es una de las políticas más valoradas de la Corporación, como así han reconocido en el resto de partidos. Es difícil llevarse mal con usted.
—(Sonríe con cierto rubor) Le agradezco mucho sus palabras. He de reconocer que muchos compañeros de la Corporación me han transmitido ese cariño y respeto. El diálogo y el consenso es lo más importante para llegar a frente comunes. No voy poner ninguna línea roja. Mi deseo es que, entre todos, consigamos que le vaya bien a los linarenses.
—Todo indica que, tras el 28 de mayo, no habrá mayoría absolutas en el salón de plenos, por lo que siguiendo esa hipótesis deberá pactar para gobernar. El problema es que con su número dos pocos quieren negociar, como los hechos han demostrado con la moción de censura contra él.
—El PP es un partido de Gobierno y vamos a trabajar de manera incansable para obtener una mayoría suficiente que nos permita gobernar sin necesidad de pactos. Dicho esto, con quien se van a sentar a negociar no es con Raúl Caro-Accino, sino conmigo. No es con nadie más. La candidata a la Alcaldía soy yo y seré la que hable con el resto de fuerzas con representación en la Corporación.
—Lo que no me podrá negar es que este mandato que está a punto de acabar es lo más parecido a un sainete. Imagino que si consigue el respaldo suficiente para ser alcaldesa deberá reconducir esta situación para que los linarenses confíen en sus políticos.
—Todo lo que ha sucedido en este mandato le ha hecho daño a Linares, porque al final repercute en los propios linarenses. La imagen política que hemos dado no es la ideal. Pero también es cierto que lo que hemos pasado estos más de tres años y medio no ha sido normal. No ha pasado en ningún sitio.
Comenzó con un pacto en sintonía entre tres partidos y, después, llegó la moción de censura, en la que nos echan. El Partido Popular salió perjudicado. Creo que el Grupo Popular estaba haciendo un gran trabajo por los linarenses. Fue un jarro de agua fría.
En otra entrevista, me preguntaron si sentía rencor por aquello, a lo que contesté que no. No tengo rencor hacia nadie. Lo que me dio pena es cómo nos quitaron del Gobierno, en un momento muy importante, porque acabábamos de pasar una pandemia. Para nosotros se queda, como Gobierno, lo que pasamos en esos más de dos años los tres partidos políticos. La manera en la que nos implicamos la mayoría de los concejales de Gobierno y algún que otro de la oposición que ya no está. No todo el mundo se implicó igual.
En apenas siete meses de mandato, llegó la pandemia y todo aquello por lo que estábamos luchando y lo que quería hacer lo tuvimos que dejar aparcado. Incluso la oposición no pudo llevar sus propuestas. Todos nos dedicamos en exclusiva a solucionar esta emergencia y el terrible problema que estaba ocasionando en Linares en particular. Por lo tanto, lo que me dio pena fue no poder culminar todo lo que estaba previsto. Hablamos de muchas cosas que se quedaron en el camino.
Con todo, en mi caso como concejal de Festejos, se recuperó el pregón y la iluminación de la Feria, pero no pude preparar la siguiente. Nos tuvimos que reinventar para hacer frente a una pandemia.
—También en ese tiempo hubo una reestructuración del Gobierno que provocó la salida de Cilu y una minoría.
—Lo que hubo fue un cambio de concejalías y ante eso Cilu decidió irse del Gobierno. Una decisión que respeto, y es verdad que nos quedamos en minoría, pero, por ejemplo, Juan Lillo gobernó en minoría. De hecho, los primeros meses se estaban sacando las cosas adelante. El problema vino cuando empezaron los movimientos, de manera individual o colectiva por parte de determinados partidos, de poner trabas. Fue ahí cuando se empezó a hablar de moción de censura. Pese a ello, continuamos trabajando, al menos en el Partido Popular.
—En cualquier caso, no me negará que se hará necesaria mucha cintura política para que Linares recupere la normalidad en este aspecto y se puedan alcanzar acuerdos de largo recorrido.
—La gente que me conoce sabe que soy una mujer de diálogo y de consenso, por lo que apostaré de manera decidida por ello. Solo así lograremos solventar muchísimas de los necesidades que tiene esta ciudad. Tendremos que ser generosos los unos con los otros. No puede ser generoso el alcalde o la alcaldesa y no la oposición. Como concejal en el Gobierno, he conseguido llegar a muchos acuerdos con la oposición, basados en el diálogo y en el consenso.
—Le insisto que contra su partido no fue la moción de censura. Tanto es así que se destacó el trabajo de diferentes áreas que estaban bajo la dirección del PP.
—Es cierto que el Partido Popular salió más indemne de esa moción de censura, pero reitero una vez más en que fue injusta y que ahora debemos mirar hacia adelante y olvidar lo que pasó.
—Hablemos entonces de futuro. ¿Ya está trabajando en los proyectos que necesita el municipio?
—Más bien estamos trabajando en el programa y en recopilar todas aquellas iniciativas que podrían ir en el documento. Para ello estamos teniendo en cuenta la opinión de la gente del PP, porque tenemos una organización interna muy potente, con diferentes vicesecretarias que cuentan con un grupo de trabajo propio. Hemos contactado con cada una de ellas para que nos aporten propuestas beneficiosas para la ciudad. Ya hemos tenido reuniones con las vicesecretarias y, en estos momentos, tenemos un número bastante importante de ideas. A parir de ahí, con estas iniciativas y otras muchas confeccionaremos el programa totalmente realista y realizable.
Si logramos la confianza suficiente de los linarenses, tendremos cuatro años en los que podremos materializar numerosos proyectos. Lo que no vamos a hacer es prometer cosas que no se pueden ejecutar.
—Dijo una vez Gaspar Zarrías, cuando alcanzó el poder Carmen Peñalver en el Ayuntamiento de Jaén, que se habían alineado los astros, porque los socialistas gobernaban en el Estado, en la comunidad autónoma y en la provincia. Una posibilidad que no está tan descabellada para el PP. Sería todo más fácil, imagino.
—Tengo plena confianza en los míos, ahora y siempre, pero entiendo que estamos en disposición de que eso ocurra con Feijóo, Juanma Moreno y Erik Domínguez. A Andalucía le está yendo bien con Juanma y espero que suceda lo mismo a España y a la provincia, y, obviamente, a Linares. Todos en este partido estamos trabajando en la misma dirección. Es hora de que lleguen los cambios. No es bueno mantenerse en el sillón durante tanto tiempo -en referencia a la Diputación-. No fue bueno para Andalucía, como hemos podido comprobar. A Andalucía le está viniendo muy bien el cambio.
—¿Qué poder tiene a la hora de elaborar la lista? ¿Conformará usted el equipo?
—Como le he dicho soy una persona de diálogo y se hará todo desde el consenso. Además, contamos con un vicesecretario electoral -Juan Bautista Lillo- con el que estoy en contacto permanente. Bien es cierto que aún no tengo decidida la lista.
Para gobernar, es necesario buscar los perfiles más adecuados y, en este sentido, quiero ser muy cauta con el fin de diseñar un equipo que atienda a la ciudadanía como se merece. Todo el mundo no vale para todo.
—¿Eso pasa por una lista más homogénea, que conozca bien cada sector de la ciudad?
—Esa es la idea. Le puedo avanzar que habrá rostros nuevos, es decir, una renovación. Es muy importante que en esa búsqueda de perfiles, no nos equivoquemos. Quiero que sea gente que, por encima de todo, salga de los despachos, esté en la calle y atienda los problemas de los linarenses.
—¿Cuenta con Mariola Aranda para la candidatura de Linares?
—Sí.
—¿Y con Susana Ferrer?
—También. Son dos mujeres de calado, extraordinarias y tremendamente trabajadoras que pueden aportar muchísimo. Quiero que estén a mi lado, aunque todavía no le puedo avanzar nada.
—¿Cómo espera encontrarse la ciudad tras el paso de la coalición PSOE-IU?
—Abogo por la responsabilidad del equipo de Gobierno para que dejen la ciudad tal y como se la encontraron y si puede ser mejor, pues muchísimo mejor para los linarenses. No nos podemos permitir el lujo de perder ni un segundo. Confío y no dudo en que este Gobierno de coalición será responsable hasta el final.
Fotos: Javier Esturillo y Partido Popular de Linares