Aceras que desaparecen, camareros que cruzan sin mirar o vecinos que no pueden dormir. La proliferación de las terrazas, una medida impulsada por algunas administraciones locales para apoyar a los negocios tras los meses más duros de la pandemia, ha avivado el conflicto entre residentes y hosteleros.
La línea que separa los intereses de unos y de otros suele ser bastante fina. El exceso de ruido y el descontrol en determinados lugares hacen tarea difícil conjugar el descanso vecinal con el disfrute del el tiempo libre en las terrazas y la creación de nuevos negocios. Es un asunto que ha pasado por gobiernos de todos los colores políticos, rojo, azul y naranja, sin alcanzar una solución.
Para, al menos, mitigar sus efectos la Asociación Hosteleros de Linares y el Ayuntamiento han lanzado una campaña para tratar de mejorar la convivencia entre hosteleros, consumidores y vecinos de cara al funcionamiento de las terrazas, sobre todo en verano.
Bajo el lema ‘Porque todos somos vecinos’, la iniciativa tiene el objetivo de que se respeten los horarios de descanso de los residentes y a la vez permitir que la hostelería se desarrolle y pueda generar beneficios, como la creación de empleo y la promoción turística de la localidad.
Se trata, en definitiva, de un decálogo de buenas prácticas que pasa, por ejemplo, por respetar las horas de descanso de los vecinos y velar porque el entorno de la terraza conserve la limpieza, además de que se cumplan los horarios establecidos en la normativa. ‘En las terrazas respeta y disfruta. Porque todos somos vecinos’, rezan las pegativas repartidas por los establecimiento adheridos a la campaña
