Úbeda, Baeza, Cazorla y Baños de la Encina pueden ser las primeros municipios que nos vengan a la cabeza si pensamos en visitar la provincia. Pero si nos olvidamos de Linares, nos estaremos perdiendo uno de los epicentros del tapeo en el mar de olivos.
La ciudad minera es una especie de tierra prometida de las tapas gratis o a muy buen precio, servidas en bares y tabernas que no han perdido ni un miligramo de personalidad.
La Asociación de Comerciantes e Industriales de Linares (ACIL), en colaboración con el Ayuntamiento, la Cámara de Comercio y la Diputación, han diseñado la XIX Ruta de la Tapa se desarrollará desde el 29 de noviembre al 8 de diciembre y contará con la participación de más de una treintena de bares de esta ciudad.
La sala de exposiciones de El Pósito acogió el acto de presentación de esta vigesimonovena edición, en la que se espera superar los registros de visitantes de años anteriores. «La hostelería es uno de los motores económicos más importantes de Linares y cuenta con grandes profesionales», destacó el concejal de Comercio y Hostelería, Miguel Rentero, quien animó a la ciudadanía a degustar las tapas de esta ruta.
Por su parte, el diputado de Promoción y Turismo, Francisco Javier Lozano, ha expuesto que la colaboración de la Administración provincial se enmarca en la estrategia «para situar al paraíso interior jiennense como un destino gastronómico de primer orden, en el que la tapa es uno de sus elementos más singulares y atractivos».
Durante su intervención, Lozano ha valorado el trabajo que está realizando el sector hostelero en la provincia, y ha hecho una especial mención al desarrollado por los bares, como se refleja en este evento que «ha ido creciendo, pasando por ejemplo de los más de 20 bares participantes en la edición anterior a los 32 de este año».
Ha añadido que con iniciativas de este tipo se da respuesta a «los turistas que buscan experiencias gastronómicas en nuestra tierra», al tiempo que ha invitado a los viajeros a «aprovechar esta ruta para conocer otros atractivos linarenses, desde Cástulo a su coso de Santa Margarita, sus museos taurinos y, por supuesto, su paisaje minero».