La Mina-Fundición La Tortilla cumple dos años en la Lista Roja del Patrimonio sin visos de salir

Este bien, inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, es el único en peligro de desaparecer que aparece en la selección de Hispania Nostra

Por:Javier Esturillo
Interior de una de las naves de la Mina-Fundición La Tortilla.

Mucha gente de Linares cree que la cosa no tiene arreglo. Que hace años que se ha dejado a su suerte lo que hasta el pasado siglo fue la seña de identidad de Linares: sus minas. Lo cierto es que su abandono es más que palpable. Basta con hacer una ruta senderista por los antiguos caminos que conducían a los pozos para constatar que ese patrimonio industrial no se preserva como es debido.

Por ello, era cuestión de tiempo que entrara a formar parte de la Lista Roja del Patrimonio de la asociación Hispania Nostra, organización que denuncia el ataque y/o deterioro de inmuebles históricos que corren el riesgo de desaparecer en caso de que no se actúe para frenar su estado ruinoso.

Uno de ellos -y el único de Linares hasta el momento- es la Mina-Fundición La Tortilla, que, a finales de junio de 2021, entró en este triste catálogo del que no tiene visos de salir en mucho tiempo.

Ubicada en el paraje conocido como Cortijo de la Vega, a muy pocos kilómetros de la ciudad, es uno de los complejos más importantes del pasado industrial linarense. De hecho, fue una referencia tecnológica para su época.

Inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz desde 2012, presenta una «conservación es pésima», según Hispania Nostra Su estado de abandono y el hecho de que «una de sus chimeneas presente grandes grietas y esté en peligro de derrumbe» llevaron a esta asociación a colocarla en la Lista Roja.

El complejo minero-metalúrgico se construyó entre 1864 y 1896 tras la adquisición de los filones de La Tortilla por el empresario inglés Thomas Sopwith. Traspasado a dos compañías francesas a principios del siglo XX y operativo hasta bien entrada la década de 1950, fue la primera factoría en España que realizó todo el proceso productivo del plomo, desde su extracción hasta la fabricación.

El Colectivo Arrayanes se niega a bajar los brazos y sigue luchando por este y otros bienes patrimoniales de la minería linarense. Tanto es así que, en 2018, planteó la posibilidad de crear allí el Centro Andaluz de Arqueología Industrial. Sin embargo, la energía que pone el Colectivo Arrayanes por la conservación de la cuenca no se ve reflejado en el apoyo de las administraciones, cuya colaboración llega con cuentagotas.

Fotos: Archivo El Nuevo Observador y Jose Antonio Moreno Ruiz

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