Cubierto el primer tercio de la Liga, el Linares pisa ya la zona pantanosa de la clasificación, con solo 12 puntos. Aunque aún queda mucha competición por delante, las sensaciones y los números no favorecen los intereses del cuadro azulillo.
El combinado de Óscar Fernández solo ha sumado cinco puntos de los últimos veintiuno posibles y acumula cinco partidos sin conocer la victoria, con un calendario más o menos templado. Quedan siete fechas para cerrar el primer tramo liguero y las estadísticas de las dos temporadas anteriores de Primera Federación apuntan a que el equipo necesita al menos diez puntos más para no ir con la lengua fuera en la segunda vuelta.
Por ejemplo, en el curso 21/22, el Sevilla Atlético ocupaba la quinta plaza por abajo de la tabla, con 22 puntos, uno menos que el Cornellá y que el Linares. Por detrás del filial sevillista estaban el UCAM (20 puntos); el Sabadell (20 puntos); el Llagostera (16) y el Betis Deportivo (12). No salieron del pozo y acabaron descendiendo cuatro de ellos: Sevilla Atlético (46); UCAM (35); Llagostera (33) y Betis Deportivo (21). A ellos se sumó el Atlético Sanluqueño, con 46 puntos, después de protagonizar una segunda vuelta desastrosa. Todo lo contrario que el Sabadell y el Linares, hasta tal punto que el cuadro azulillo disputó la promoción por el ascenso frente al Deportivo de La Coruña.
La temporada siguiente, el Fuenlabrada, con 22 puntos, marcaba el descenso, seguido Pontevedra (18); San Fernando (17); Talavera (17) y Ceuta, con 8. Rozando el peligro estaban el Rayo Majadahonda (22); San Sebastián de los Reyes y CD Badajoz, estos dos últimos con 23 puntos.
Al final de la competición dieron con sus huesos en Segunda Federación: el CD Badajoz (43 puntos); el San Sebastián de los Reyes (43); Linense (42); Pontevedra (36) y Talavera de la Reina (33). Se salvó ‘in extremis’ el San Fernando (45 puntos), gracias a un empate en Linarejos que privó al cuadro de Alberto González de jugar su tercera fase de ascenso a Segunda División seguida.
Mención aparte merece el Ceuta que no solo salió disparado de la zona de descenso, sino que, además, si hubiera durado algo más la Liga era candidato al salto de categoría. Pero, con muchos matices, puesto que el equipo José Juan Romero incorporó hasta ocho futbolistas entre noviembre y el mercado de invierno, merced a los buenos dividendos que sacó de la Copa del Rey y a un esfuerzo de la propia entidad.
Así llegaron al club caballa: Tomás Mejías (portero); Elías (central); Capa (central); Danese (central); Alberto Gil (extremo); Selasi (centrocampista); Mohamed Mizzian (delantero) y Rodri Ríos (delantero). Este último, ahora en las filas del Real Murcia, anotó 12 goles en los 28 partidos que disputó con el Ceuta.
El problema del Linares es que está sumido en una gravísima situación económica debido a la deuda acumulada durante la gestión de Jesús Medina que le impide acudir al mercado con suficiente dinero para hacerse con los servicios de futbolistas de calidad contrastada en la categoría.
