Cuando comenzaron las obras de la segunda fase del Arroyo Periquito Melchor, bajo el auspicio del anterior equipo de Gobierno (PSOE-IU), la empresa Manuel Alba Tecorive, adjudicataria de la intervención, se comprometió a acortar al máximo los plazos.
No es extraño, por lo tanto, que la actividad en la zona de obras sea frenética desde primeras horas de la mañana. El cuerpo de lo que será el vial ya se puede ver. Una infraestructura que eliminará la ‘frontera natural’ que parte el casco urbano de Linares en dos. Conectará la Carretera de Baños con la calle Debla para mejorar la movilidad de los linarenses que viven a una y otra orilla del arroyo.
Es de tal su importancia que se lleva trabajando en el corredor más de una década, pero no fue hasta el pasado mes de mayo cuando por fin se vieron trabajar las máquinas sobre el terreno, después de un largo y tedioso proceso de tareas burocráticas que tenían bloqueado el proyecto.
El vial representa la mayor inversión contenida en el programa de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (DUSI), que hasta no hace mucho ha ido al ralentí. El presupuesto asciende a casi seis millones de euros de fondos europeos con un plazo de ejecución de ocho menes, que podría reducirse si siguen a este ritmo los trabajos.
Demanda histórica con los vecinos
Este gran proyecto urbanístico no solo pretende buscar la mejora de la situación hidráulica de la zona, sino también favorecer la movilidad y el tráfico, cumpliendo, de este modo, una demanda histórica de los vecinos. «Los residentes de estas zonas hemos sufrido mucho. Espero que no se paralice más y se ultime todo», señaló en el inicio de las obras José Ruiz, presidente de la Asociación de Vecinos Los Sauces.
El corredor acabará con uno de los mayores focos de insalubridad que aún tiene la ciudad, y creará un espacio más sostenible, integrado en el paisaje urbano de la zona, donde se ubican barrios San José o La Zarzuela.