El nuevo año trae un ‘regalito’ bajo el brazo. Desde este miércoles, la cesta de la compra resultará un poco más cara. Hoy, 1 de enero, entra el vigor el fin del IVA rebajado de los alimentos, que recuperan los tipos de porcentajes normales.
Es decir, el pan, los huevos o frutas volverán al 4% de IVA, el tipo superreducido que grava alimentos básicos. Mientras que otros, como la pasta o los aceites de semillas, retornarán al 10%, el porcentaje reducido aplicado a la alimentación. Mención aparte merece el aceite de oliva, que se mantendrá en un 4% en lugar del 10% que soportaba antes de aplicarse esta rebaja.
Fue el 1 de enero de 2023 cuando la adoptó el Gobierno de España. Lo hizo para hacer frente a la hiperinflación. Pero, con el paso de los meses, al irse moderando los precios, el tipo de impuesto ha ido recuperando su nivel.
En septiembre de 2024, la inflación había descendido hasta el 1,5%, por lo que el Ejecutivo de Sánchez decidió suprimir esta rebaja de forma progresiva. Así, en octubre ya aplicó una subida media hasta situar el IVA en el 2% y el 7,5%, según los alimentos. Y, justo dos años después de entrar en vigor, desaparece para retornar a sus valores originales.
También sube el gas y la luz
La realidad es que la cesta de la compra no ha dejado de subir desde 2022. Han sido tres últimos años en los que el incremento medio de estos precios ronda el 20%, lo que ha provocado una pérdida de poder adquisitivo, dado que los salarios no han crecido con el mismo vigor.
El encarecimiento de los alimentos coincide, además, con otras subidas en suministros básicos. Es el caso de la luz, que cierra el año en tendencia alcista y con la subida del IVA, que vuelve al 21%, y a la que previsiblemente se sumará el gas, cuyo precio para el próximo trimestre conoceremos la semana que viene. Al menos parece que se detiene el incremento de las gasolinas.
Los precios de la energía fueron los primeros a descontrolarse con el inicio de la guerra de Ucrania, y una de las medidas aplicadas por el gobierno central fue la rebaja del IVA. Con el nuevo año se recupera definitivamente la tributación preguerra y los recibos incluirán un impuesto del valor añadido del 21%, independientemente del precio de la electricidad en el mercado al por mayor.
Según cálculos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la factura eléctrica de una casa media en España puede encarecerse un 13%, suponiendo unos 118 euros más al año para los que tienen una tarifa al mercado libre y unos 106 euros para los que tienen tarifa regulada (PVPC). Eso en un contexto de subida de precios de la energía eléctrica, con la tarifa situándose en 136,15 euros el megavatio hora según el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE).
Medidas de protección para consumidores vulnerables
Paralelamente a estas subidas, el Consejo de Ministros ha aprobado una serie de medidas para proteger a los consumidores vulnerables. Se prorroga durante todo el año la prohibición de cortar suministros básicos (luz, gas y agua) a este colectivo, medida que se aplica desde el estado de alarma por la Covid en el 2021.
El bono social eléctrico para consumidores vulnerables se mantiene, al menos de momento, durante el primer semestre del año. Los considerados vulnerables tendrán un descuento del 50% en el primer trimestre, que bajará al 42,5% en el segundo. Para los vulnerables severos, la rebaja será del 65% primero y pasará al 57,5% en el segundo trimestre.
Además, se amplía un año más la prohibición de emprender desahucios de familias consideradas vulnerables, medida también aprobada en la última reunión del Ejecutivo de Pedro Sánchez.