Los ‘Pikikis’ reaparecen en Linares, territorio prohibido

Miembros del clan, desterrado por su enfrentamiento con los 'Mallarines', fueron los supuestos autores de los disparos en la calle Martinete, la madrugada del pasado 11 de octubre

Por:Javier Esturillo
Vehículo de la Policía Científica de la Comisaría de Linares. Foto: Javier Esturillo

Hace dos décadas que ‘Pikikis’ y ‘Mallarines’ se están buscando las cosquillas. Dos clanes rivales que no dudan en limpiar con sangre el honor manchado por viejas afrentas. Han cruzado navajas y han escuchado de cerca el ruido de las balas.

El pasado día 11 de octubre se produjeron una serie de disparos en la calle Martinete, ubicada en la barriada de El Cerro. Tenían como objetivo una casa propiedad, presuntamente, de un ‘mallarín’. Los hechos ocurrieron sobre las cuatro de la de la madrugada. Hasta el lugar se desplazaron unidades de Seguridad Ciudadana, así como de Policía Científica.

Lo único que se sabe hasta ahora es que los tiros procedían, supuestamente, de armas portadas por ‘Pikikis’, por lo que este suceso no guarda relación alguna con los tiroteos sucedidos en septiembre en el Camino del Madroñal y en la Plaza José Zorrilla, de Los Arrayanes, fruto de un problema interno entre dos familias.

Los motivos de esta abrupta reaparición de los ‘Pikikis’ en Linares, territorio vetado para ellos, se desconocen, porque reina el silencio absoluto en el barrio. Nadie quiere hablar. Ni de un lado, ni del otro, lo que entorpece la investigación de los agentes.

Orígenes

El enfrentamiento entre ambos clanes comenzó en 2006 cuando Antonio Mallarín, el patriarca en aquel momento, fue asesinado a tiros por Diego Moreno, miembro de los ‘Pikikis’, quien le disparó en la cabeza por «cagarse en sus muertos». Los ‘Mallarines’ impusieron la ley gitana y se tuvieron que marchar, principalmente, a Úbeda.

Sin embargo, la sed de venganza entre unos y otros no ha desaparecido hasta tal punto de que cada cierto tiempo uno de los bandos saca a pasear las armas con la intención de cobrarse la deuda.

En 2015, un “Pikiki”, apodado “El Tostaíllo”, denunció en la Comisaría de Úbeda que tres miembros del clan de los “Mallarines” intentaron secuestrarlo en plena calle cuando paseaba junto a su novia.

En su declaración, explicó que dos de los asaltantes se bajaron de un coche y que uno de ellos llevaba un arma de fuego. Añadió que logró zafarse antes de que lo cogieran y que los despistó metiéndose en un portal.

Tensión

La tensión entre las dos familias rivales creció mucho ese año, sobre todo a partir de abril. Fue en ese mes cuando se celebró el juicio en el que dieciocho personas pertenecientes a ambos clanes fueron condenadas por participar en el gran tiroteo registrado en Linares en 2008.

Antes de entrar en la sala de vistas en las que “Pikikis” y “Mallarines” se vieron las caras, la Policía detectó que dos mujeres intentaron acceder en la Audiencia Provincial con pistolas. Después, otro miembro del clan fue detenido cuando transportaba una ametralladora.

La muerte de Antonio Mallarín fue juzgada en julio de 2009 y se cerró con la condena por asesinato a 18 y 19 años de cárcel para los dos ‘Pikikis’, que fueron declarados culpables por un jurado popular. La de pasada noche del 11 de octubre fue otra batalla más de una guerra que parece no tener fin.

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