María del Mar Reyes Gutiérrez (Linares, 1993) comenzó a correr hace ocho años. Cuando se calzó las zapatillas para dar zancadas por la ciudad, su único propósito era practicar deporte y sentirse bien físicamente. Era una más de las muchas personas que, cada día, salen a quemar asfalto con sus piernas.
Sin embargo, con el paso del tiempo se dio cuenta que lo que, en un principio, era una manera de mantenerse en forma se fue convirtiendo en adictivo. Y, para colmo, no se le daba nada mal. Así que decidió apuntarse al Club de Atletismo Juventud de Linares con el fin de ajustarse a unos entrenamientos. Allí conoció a Isabel Bausán, la mejor atleta linarense de todos los tiempos, quien ha guiado sus pasos desde entonces con unos resultados extraordinarios.
Prueba de ello es su última victoria en la Carrera Nocturna de Montalbán, municipio cordobés en el que trabaja como fisioterapeuta. La linarense cruzó la meta en primera posición con un tiempo de 19:15, un minuto menos que Rocío Marqués, del club Los Califas Universidad de Córdoba, que entró pegada a Rafi Mengual (Trotasierra) para conseguir la segunda y tercera plaza, respectivamente.
María del Mar Reyes se inscribió en esta prueba por gusto, puesto que ella corre el Circuito Provincial de Carreras Populares. El pasado mes de abril se impuso, por ejemplo, en Jódar y, a comienzos de año, subió a lo más alto del podio en la San Silvestre de Linares.
Es una especialista del fondo, principalmente de las distancias de 5.000 y 10.000 metros, si bien se ha atrevido con los 21 kilómetros y hasta una maratón, la de Sevilla.
Su objetivo para la próxima temporada es dejar el asfalto por la pista. Quiere probarse en competiciones federadas. Calidad, compromiso y capacidad de sacrificio le sobra, por lo que sus posibilidades de éxito no son nada lejanas. El problema es que no podrá entrenarse como el resto de atletas, puesto que la ciudad carece de unas instalaciones dignas. Basta con ver el estado tan lamentable de la pista del Mariano de la Paz para ser conscientes de la dificultad que tienen los deportistas linarenses para competir con unas mínimas garantías.