La primera toma de contacto de María José Lara Navarro como concejal de su pueblo, Baños de la Encina, fue sin anestesia. Entró en la Corporación Municipal en sustitución de Rafael Espinosa Pérez, un histórico de Izquierda Unida y de la propia localidad de la que fue alcalde.
Para la edil de la coalición, todo era nuevo. Su participación hasta ese momento en política fue en un segundo plano, de apoyo a sus compañeros. El 24 de mayo del pasado año, cambió su rutina para convertirse en servidora pública de sus vecinos. De Juan, de Antonio, de Pepe, de María, de Encina… Personas anónimas que llaman a la puerta de su despacho en busca de una voz amiga para solucionar desde la colocación de una papelera a aliviar las penas por las cornadas que da la vida.
Ejerce de concejal de Igualdad, Participación Ciudadana y Medio Ambiente, tres áreas siempre sensibles en cualquier lugar, a las que se suma la limpieza de los edificios municipales. A pesar de tener dedicación parcial, su jornada empieza a primeras horas de la mañana y acaba cuando el teléfono deja de sonar, que puede ser cuando la noche avanza o nada más despuntar el día.

La responsabilidades en un pueblo de poco más de 2.500 habitantes tienen su intríngulis y suponen un reto mayor aún si no estar curtido en las trincheras de la política rural. María José Lara ha utilizado la escucha para aprender, la lectura para conocer y el sentido común para ejercer su cargo como representante de los bañuscos, independientemente del lado en el que caiga la papeleta en la jornada electoral.
María José Lara tiene una cualidad: no se comporta como un político al uso. Su vínculo con la calle, la población vulnerable, la defensa de la justicia social y de los derechos fundamentales marcan su agenda ideológica. Su mirada es comprometida en cada iniciativa que pone en marcha, ya sea para entregar un roscón de reyes a los pequeños de Baños o una cesta a los más mayores por el Día de los Abuelos.
Sus departamentos están muy limitados económicamente. La mayoría de acciones que lleva a cabo sale de subvenciones estatales, regionales o provinciales, por lo que tira de ingenio para organizar una obra de teatro o una charla en el instituto para hablar de violencia de género o de igualdad.

Su profunda capacidad para percibir y comprender las emociones y experiencias de otros, le han llevado a soltar más de una lágrima al verse impotente ante el problema de un vecino, por muy minúsculo que sea. María José Lara aplica como nadie eso que se hace llamar micropolítica.
La dirección provincial de Izquierda Unida ve en ella valor añadido, un activo importante y, por tal motivo, su coordinador, Miguel Manuel García, ha apostado firmemente por ella para que comparta con el marteño Antonio Funes el área de Medio Ambiente y Agricultura en el organigrama que salió este miércoles de la reunión Coordinadora Provincial celebrada en Villatorres. Es su salto a la política provincial.
«Confiamos mucho en María José. Es una mujer con unos principios y unos valores muy sólidos que encajan a la perfección en IU», destaca la responsable de Organización, la linarense Laura Cerezuela, a este periódico. «Baños de la Encina es una plaza representativa para nuestra coalición y necesitamos gente como ella», añade.
La marcha de Rafael Espinosa precipitó los acontecimientos para una edil que, poco a poco, va tomando el pulso de la realidad de su localidad, de las demandas y necesidades ciudadanas sin perder la perspectiva ni levantar los pies del suelo. Su objetivo como concejal en sembrar la semilla para que Baños prospere y sea el mejor sitio para vivir.