El 13 de febrero del pasado año unos vándalos tiraron abajo el muro de ladrillo de un solar de la calle Ercilla. Fue durante los disturbios ocurridos en la ciudad después de que dos policías nacionales fuera de servicio agredieran el día anterior a un hombre y a su hija de 14 años a las puertas de una cafetería de la ciudad.
De aquello ha pasado casi un año y medio y la finca se ha convertido un foco insalubre y plagado de bichos, según denuncian los vecinos de la zona. En un primer vistazo pueden verse cascotes de obra, botellas de vidrio, latas de metal, cartones, papeles, heces de perros y una frondosa vegetación que, con el buen tiempo, atrae a todo tipo de insectos. Además, supone un riesgo de incendio en la época estival.
Este terreno sin edificar es de propiedad privada y es motivo de «vergüenza» para residentes y viandantes, puesto que se encuentra a solo unos metros del centro de Linares. «No entendemos cómo el Ayuntamiento puede tolerar este estercolero en un solar privado. Puesto que pagamos impuestos, exigimos la limpieza inmediata de toda esta basura», afirma Jerónimo García, vecino de una calle cercana.
«La imagen que se da es lamentable, además de la insalubridad. Esto se arreglaba obligando al dueño del solar a limpiarlo y vallarlo, como se hace en otros municipios», añade José Manuel Rodríguez, que acaba de pasar por el lugar.
Sin embargo, los propietarios de los solares tienen la obligación de vallarlos y mantenerlos limpios, según establece la correspondiente ordenanza municipal. El problema es que este caso no es excepcional. Un paseo por la localidad puede deparar muchas sorpresas y, algunas de ellas, tan desagradables como toparse con solares urbanos sin vallar y llenos de basura, escombros e incluso ratas. No en vano, la limpieza sigue siendo uno de los principales motivos de quejas ciudadanas en Linares.
