Hace más de un año y medio, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado daban un duro golpe a una de las familias de la droga más importantes de la provincia: Los Pikikis. Fue en junio de 2020 con la detención en Úbeda de 28 miembros del clan en la denominada ‘Operación Coco’, en la que participaron más de 250 agentes de la Policía Nacional y la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera.
Y, solo unos meses antes, en septiembre de 2019, otra macroredada de la Guardia Civil en la misma ciudad se saldaba con el arresto de 27 personas vinculadas con este grupo criminal dedicado a introducir y distribuir partidas de cocaína de alta pureza, hachís y cannabis en la provincia de Jaén.
Esta pasada madrugada han vuelto a reaparecer en el Camino del Madroñal, pero esta vez la venganza no ha sido contra Los Mallarines, clan con el que está enfrentado desde la muerte de Antonio Mallarín, en febrero de 2006, sino entre ellos mismos.
Desavenencias entre dos cuñados han sembrado de tensión y miedo el vecindario, donde «varias detonaciones» -hasta veinte dicen algunos testigos- han sobresaltado a los vecinos y a la Policía Nacional, a la Policía Local y a los bomberos.
El reloj no señalaba todavía las tres de la mañana, cuando se escucharon los primeros disparos. De inmediato, las dotaciones del servicio de turno de la Policía Local, que se encontraban realizando un control preventivo en la Avenida de San Sebastián, se dirigieron al Camino de Madroñal. Junto a ellas, varios coches patrulla de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional.
Al llegar al lugar de los hechos, los agentes se encontraron una inmensa humareda procedente de dos coches, uno de ellos de gran cilindrada, envueltos en llamas. En medio del desconcierto, apareció un individuo de mediana edad con un arma corta en una de sus manos.
El hombre, propietario de los dos vehículos, fue rápidamente arrestado por los agentes, no sin antes oponer una férrea resistencia. La Policía Local se encargó de trasladarlo hasta las dependencias de la Comisaría, donde se encuentra a la espera de pasar a disposición judicial, acusado de desobediencia y resistencia a la autoridad, además de otros delitos, como tenencia ilícita de armas y amenazas graves.
Según ha podido saber este periódico de fuentes bien informadas, el origen de la trifulca podría estar en una pelea entre menores de clanes emparentados (Los Pikikis y Los Mondongos) que sucedió días atrás que no fue resuelta en su momento y que ha acabado a tiros. La Policía ha recuperado del lugar de los hechos 8 casquillos de bala de 9 milímetros Parabellum.
La coordinación entre la Policía Nacional y la Policía Local ha sido clave para evitar que el suceso fuera a mayores, al igual que la rápida intervención de los bomberos a la hora de sofocar el incendio en los vehículos. La Comisaría mantiene abierta la investigación para esclarecer lo ocurrido y evitar nuevos altercados en la zona.