Omar Hatamleh: «Es importantísimo regular la IA, ya que, de lo contrario, podría controlarlo todo»

El ingeniero granadino, uno de los mayores expertos mundiales en Inteligencia Artificial, disecciona, en una entrevista con El Nuevo Observador, sobre las ventajas de esta tecnología en campos como la medicina, pero también alerta de su 'lado oscuro'

Por:Javier Esturillo
1 octubre 2025
Omar Hatamleh, minutos antes de comenzar la conferencia en el Teatro Cervantes. Foto: Javier Esturillo

Omar Hatamleh (Granada, 1969) Tiene cuatro títulos de ingeniería y habla tantos idiomas. Está considerado uno de los principales especialistas mundiales de Inteligencia Artificial (IA). De madre española y padre jordano, cuando tenía cinco años su familia se mudó a Amán. A pesar del tiempo transcurrido, mantiene ese acento granadino tan característico que solo se salta cuando el vocablo inglés no encaja con el idioma materno.

Este martes estuvo en el Teatro Cervantes invitado por la Fundación José Luis Martín López para disertar sobre los desafíos que plantea la IA. La irrupción de ChatGPT y los grandes modelos de lenguaje (LLM, en sus siglas en inglés) o es la primera revolución que ha vivido Omar Hatamleh, pero sí es el fenómeno que más le inquieta y le atrae, debido al extraño mundo que se vislumbra si el desarrollo de la Inteligencia Artificial mantiene este ritmo.

Ha publicado cerca de cuarenta artículos en revistas internacionales de ingeniería con más de mil cuatro citas citas y ha recibido múltiples premios y reconocimientos, tanto en su tierra natal (Andalucía) como en el resto del planeta. El Nuevo Observador charla con el científico granadino poco antes de que comience la conferencia en Linares de la posibilidad de que las máquinas dominen a los humanos o de los beneficios que aportará esta nueva tecnología, por ejemplo, en el campo de la salud.

Omar Hatamleh escucha a José Luis Martín López, en presencia de María del Pilar López, vicepresidenta de la fundación.

—La Inteligencia Artificial ya forma parte de nuestras vidas. Sin embargo, todavía existe mucho desconocimiento sobre ella. Le debemos tener respeto, miedo, esperanza… ¿Cuál es su opinión?

—La IA es como cualquier otra tecnología. La única diferencia es que las ventajas y desventajas serán completamente amplificadas. Por eso es importantísimo saber cómo regular la IA. Si no se produce esa regulación, será una catástrofe, porque es tan potente que puede causar efectos muy negativos.

Es necesario, por tal motivo, disponer de esa regulación para darle un sentido. No debe ser demasiado estricta para no reducir la innovación, aunque sí lo suficientemente clara para que no se vaya de nuestro control. El futuro no está escrito, pero debemos estar preparados para que no alcance el poder de controlar a las personas en beneficio de otras. Creo que con regulaciones que tengan sentido vamos a poder controlarla bien y amplificar los aspectos positivos que tiene para mejorar la humanidad.

—¿Qué cosas no sabemos de la IA y que nos deben poner en alerta?

—En estos momentos, estamos en su fase inicial, en la misma que un bebé. Cuanto más avanzamos, vamos a tener cosas incluso mucho más potentes. En los próximos años, llegaremos a otra fase, en la que la IA tendrá la capacidad de un humano, podrá razonar, dispondrá de memoria de largo plazo y será experta en varias áreas.

Y, a partir de ahí, comenzará a avanzar de modo que su coeficiente intelectual superará con creces a la de Albert Einstein, por ejemplo. Por eso, es fundamental controlarla desde el principio. Debemos manejarla bien para que cuando llegue ese instante no sea capaz de manipular a los seres humanos. Hoy en día, a pesar de que está en sus inicios, ya es capaz de hacerlo.

Conviene recordar de que todo está basado en códigos genéticos. Por lo tanto, sabemos, más o menos, cómo se expande la especie. También somos conocedores, en cierta medida, del ámbito social y de la capacidad del humano por acaparar dinero y poder para fines que, en numerosas ocasiones, no son buenos. Si la inteligencia artificial está aprendiendo de nosotros, es fundamental trabajar para evitar que no nos lleve al conflicto entre los humanos y las máquinas.

—La otra cara de la moneda es la posibilidad de que esta nueva tecnología nos ayude a luchar contra enfermedades tan crueles como el alzhéimer. ¿Cree que nos ayudará en ese sentido?

—Va por fases. Por ejemplo, hoy en día, es posible aplicarla en la medicina para que, a través de un escáner de la retina, sepamos las posibilidades de sufrir alzhéimer. De momento, no existe cura para esta enfermedad, pero nos ayudará muchísimo en los avances científicos sin descartar que, en algún momento, sea competente para frenarla totalmente.

Es más, en un futuro no muy lejano, tendremos gemelos digitales, es decir computación cuántica e inteligencia artificial general, que nos permitirá, mediante la genética de una persona, realizar simulaciones de miles y miles de medicamentos para que el sistema digital gemelo nos ayude a encontrar el más idóneo para la enfermedad. Nos ayudará a encontrar medicinas más eficientes.

Más adelante, incluso, el sistema podrá predecir la enfermedad con solo mirar el estilos de vida, la genética, el historial médico y familiar. Gracias a ello, dispondremos de medios para atacar esa patología antes de que se produzca. Así, una persona que nazca hoy, tendría una esperanza de vida de 120-130 años

—Preocupa también la desaparición de puestos de trabajo con la llegada de la IA. Hay quien avanza que las máquinas acabarán con numerosos oficios, que serán capaces de construir casas, producir todo tipo de bienes sin necesidad de presencia humana.

—Todo será de manera progresiva. Entiendo que habrá tres fases. En esta primera, en la que nos encontramos, el humano es el que hace el trabajo y la IA nos asesora. Luego vendrá otra segunda, en la que será al revés, la IA realizará el trabajo y nosotros la asesoraremos y, por último, una tercera en la que ella lo haría todo. Hasta ahora la tecnología podía suplir trabajos manuales y ya ha comenzado a impactar en trabajos intelectuales.

—¿Y no es peligroso dejar eso en manos de una máquina?

Sí, por eso debemos tener mucho cuidado.

El investigador granadino se dirige al público durante la conferencia en el Teatro Cervantes.

¿Hay mucho mal detrás de la IA?

Como en cualquier otra tecnología tiene cosas positivas y cosas negativas. Lo diferente ahora es que el impacto es muchísimo más amplificado de cualquier otra tecnología que hemos tenido hasta ahora. Pero hay cosas muy buenas, especialmente en áreas médicas, y también hay cosas negativas. Y cuanto más avanzada, también va a tener más impacto positivo y más impacto negativo. Tenemos que ver como sociedad, como comunidad y como humanidad, cómo podemos disminuir las cosas negativas y amplificar las cosas positivas lo máximo posible.

—¿Qué superpotencia domina, en estos momentos, en esta tecnología?

—Existen varios indicadores, pero los principales sitúan a Estados Unidos al frente del ranking, por delante de China y Singapur.

—Por cierto, ¿qué echa de menos de Granada?

—Que pregunta. Pues la Alhambra, la sierra, las tapas, la vida social, mi familia. Todo, en definitiva.

Fotos: Javier Esturillo, Fundación José Luis Martín López y Ayuntamiento de Linares
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