El Linares vive una esquizofrenia deportiva e institucional sin antecedentes en los últimos tiempos. Mientras el equipo trata de asentarse en la zona media de la tabla, en el club sigue sin encontrar el camino de la tranquilidad, debido a una serie de contradicciones que la afición, en líneas generales, desconoce o no entiende.
Prueba de ello es la doble convocatoria a sus socios para la celebración de sendas asambleas, una ordinaria y otra extraordinaria, solo un día después de que se anunciara la suscripción total del paquete accionarial de la Sociedad Anónima Deportiva (SAD).
Este asunto saldrá en el cónclave, en el que el presidente, Jesús Medina, hablará de los siguientes pasos de la SAD, que serán enviar toda la documentación al Consejo Superior de Deportes (CSD) para que dé el visto bueno, si procede.
Sin embargo, a estas alturas de este polémico y enmarañado proceso, nadie descarta que se produzcan cambios de última hora e incluso se vuelva a la casilla de salida para evitar a toda costa que el club esté en manos de un accionista mayoritario, como ocurre en este caso con el empresario linarense Miguel Hoyo Nájera, que posee el 73,33 por ciento de los títulos. Entre los actores que pueden volver a aparecer en escena se encuentra una institución pública: el Ayuntamiento.
Este lío en el que Medina ha metido al Linares -fue el único y principal defensor de la transformación en SAD cuando nadie se lo pidió- tiene visos de no acabar nunca o acabar mal.
Partido importante
Fuera de la agitada actualidad institucional, el conjunto de Óscar Fernández se enfrenta este domingo (16.00 horas) a un nuevo reto, vencer en Linarejos al San Fernando, que llega con cambios en el banquillo, después de que la destitución de Héctor Berenguel y la contratación de Alfredo Santaelena.
El técnico valenciano se volvió a mostrar confiado en las posibilidades de su equipo de obtener los tres puntos en casa para «dar otro empujón más». Para este choque, no podrá contar con Samu Corral, que sigue renqueante, ni con Mawi Sánchez, sancionado con dos partidos por el Comité de Competición por la roja directa que vio en Alcoy.
A este respecto, Óscar Fernández manifestó su contrariedad al considerar excesivo el castigo, sobre todo porque, desde su punto de vista, el árbitro no tuvo el mismo criterio a la hora de sancionar la falta previa que sufrió el atacante azulillo.
Pese a ello, no quiere poner excusa antes de un encuentro en el que vuelve a solicitar el apoyo de la afición. «Con nuestra gente somos más fuertes y el deseo de todos es volver a ganar en casa», señaló en rueda de prensa.
Sobre el partido de la primera eliminatoria frente al UCAM Murcia en La Condomina, que se jugará el 1 de noviembre a las doce del mediodía, el preparador valenciano se limitó a decir que queda lejos, puesto que lo único que le preocupa es hacer las cosas bien y derrotar a su rival de este domingo.