Óscar Fernández no salió nada contento del Estadio Romano José Fouto, donde el Linares empezó la Liga con derrota a manos del Mérida por un gol a cero. Más allá del resultado, las conclusiones que extrajo del partido el entrenador azulillo fueron negativas, sobre todo del primer tiempo, en el que su equipo ofreció una «mala imagen». «Fuimos perdedores en todos los duelos, les facilitamos las transiciones, perdíamos la pelota enseguida, desorganizados, muy mal», reconoció el preparador valenciano a la conclusión del choque.
Aunque el Linares mejoró algo en la segunda mitad, pero sin inquietar lo suficiente a su rival, lo cierto es que el estreno liguero dejó demasiadas dudas sobre la capacidad competitiva de un colectivo imberbe, con carencias en defensa, aún sin construir y que debe mejorar bastante para estar al nivel de exigencia de la categoría.
La afición, mientras tanto, reclama refuerzos acorde a Primera Federación. Futbolistas que aporten ese salto de calidad que la plantilla necesita. Esta semana es clave para cerrar las últimas contrataciones. El problema es que el Linares atraviesa una grave crisis económica y no dispone de músculo financiero para hacer frente a inversiones que puedan hipotecar todavía más su futuro, máxime en plena conversión en Sociedad Anónima Deportiva (SAD).
La asamblea de socios, que aún no está convocada por el presidente, Jesús Medina, aclarará el estado de las cuentas de la entidad, pero, por lo que ha podido saber este periódico, parte con una deuda importante que le impide moverse en el mercado de fichajes con soltura, por lo que tiene que ajustar mucho los contratos.
Así las cosas, la plantilla gozará este lunes, día festivo en la ciudad, de jornada de descanso, para volver mañana martes a los entrenamientos con vistas a su debut en casa del próximo sábado ante el Recreativo de Granada, que también empezó con derrota en casa ante el Real Murcia (0-1).