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Reencuentro cargado de emociones y recuerdos en La Enira

Antiguos componentes de la 13ª Compañía de Reserva General de la Policía Nacional celebran el 50 aniversario de su fundación

Por:Javier Esturillo
Antiguos compañeros de la 13 Compañía Reserva General en el monolito dedicado en su honor en La Enira. Foto: Javier Esturillo

Guardan el espíritu de camaradería y compañerismo que les llevó a crear una gran familia en La Enira, el acuartelamiento que les dio cobijo desde 1974 y hasta finales de 1992. Este domingo, 25 de agosto, un grupo de antiguos compañeros de la 13ª Compañía de Reserva General de Policía Nacional se han reencontrado en la plaza del antiguo poblado, donde compartieron horas de charla, experiencias y andanzas y en el que se criaron sus hijos.

La ocasión lo merece. Se cumplen 50 años de la formación de esta unidad de intervención que, durante casi veinte años, estuvieron en todos los fregados dignos de tal nombre, principalmente en el Norte del Estado.

Se batieron el cobre con la ‘kale borroka’, en el Puente de Deusto en Bilbao, en la central de Lemóniz en el País Vasco, en los astilleros de Vigo, cuando la reconversión, en la huelga de la construcción de Navarra, en las manifestaciones contra el régimen franquista de Madrid. También había servicios más gustosos: la seguridad del Rey y la Familia Real en Palma de Mallorca, los destinos de playa durante el verano… Todo ello sin olvidar su participación en un mitin de Santiago Carrillo en Jaén. O las grandes movilizaciones sociales en Linares con Santana Motor.

En la historia de ‘la Trece’ están resumidos los avatares de la España de la Transición hasta ya bien asentada la democracia. En todo el territorio nacional había veintidós de las compañías que se conocían como antidisturbios. La número trece era la de Linares-Baeza, de La Enira, hoy Centro de Prácticas Operativas de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y de otros cuerpos especializados.

Allí, explica Laureano, uno de los veteranos ya retirados de servicio tras una vida con el uniforme policial, llegaron a servir hasta 190 funcionarios. Más de la mitad vivían en el mismo poblado, con sus familias. Por ejemplo, Julián Iglesias, natural de Cáceres, que llegó a La Enira en 1976 desde Toledo. Recuerda con añoranza cómo tuvo que reformar por completo la casa que le asignaron, en la calle 15, número 1. Tanto fue así que su vivienda era punto obligado de visita, porque era «preciosa». «Tenía hasta piscina en el patio», recuerda Iglesias, vecino de Paco Salas, procedente de Barcelona.

No todos se marcharon al disolverse ‘la trece’. Muchos de ellos decidieron quedarse en Linares y echar raíces. Estuvieron al mando de Gabino Gutiérrez, jefe de la comisaría, que ha sido invitado a este reencuentro tan especial que ha tenido su continuación con una comida de convivencia en los salones Benidorm.

Ven con nostalgia su paso por La Enira y, aunque sigue en funcionamiento, reconocen sentir cierta tristeza al ver las casas derruidas, no solo por el abandono que sufrieron debido a la disolución de la compañía, sino por la acción de los numerosos entrenamientos que se llevan a cabo.

Sea como fuere, siempre que pueden, organizan este tipo de encuentros para recordar viejos tiempos, cargados de anécdotas y de pérdidas por los que ya no están entre nosotros. La jornada de este domingo será imborrable para ellos y para las familias que los acompañan en el 50 aniversario.

Fotos: Cedidas y Javier Esturillo

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