El Linares no es un desconocido de las promociones de ascenso. Lleva muchos años de fútbol a sus espaldas. Tantos como dicta su historia. Este será su segundo play off seguido a la Liga SmartBank, con Alberto González al frente del cuerpo técnico, y el sexto en menos de una década, si contabilizamos los disputados a Segunda B, con suerte desigual.
El pasado curso cayó en semifinales en el Nuevo Estadio Vivero de Badajoz a manos de un sorprendente Amorebieta (1-2). El conjunto azulillo llegaba a la cita como campeón del subgrupo I de la División de Bronce y se topó con un equipo aguerrido que supo manejar los tiempos del partido. Al igual que hizo en la final, en la que dejó fuera al CD Badajoz, en su casa y ante su público. El Amorebieta es el espejo en el que mirarse para desmontar las teorías sobre el factor campo y la condición de favorito.
El año anterior ocurrió algo similar en las semifinales por el ascenso a Segunda B. El destino quiso que el Linares se midiera como campeón del Grupo IX de Tercera a su eterno rival, el Real Jaén, que entró a última hora en el play off. Los azulillos se vieron superados por el conjunto blanco, aunque la suerte quiso, en plena pandemia, que la Federación Española devolviera al Linares a cuarta categoría del fútbol español en los despachos, en un ascenso administrativo.
Quizá la promoción más recordada sea la de Castellón. Otro histórico que se cruzaba en el camino de los mineros y que acudía a la final con todas las papeletas a su favor. Sin embargo, se vio superado en los dos partidos por un equipo mucho más intenso. Torres culminó lo que no había podido lograr solo un curso antes, cuando, después de superar dos durísimas eliminatorias ante el Tarrasa y el Rayo Vallecano B, perdía el tren del ascenso en el Municipal de Linarejos ante un tapado como el Socuéllamos.
Entre medidas, el Linares disputó dos cruces a cara de perro para eludir el descenso. En uno, contra el Cacereño salió victorioso, mientras que en el otro ante el Burgos se escapó en Linarejos después de una pésima temporada.
Todo ello sin mirar más atrás porque entonces habría que remontarse a la etapa de Pedro Pablo Braojos y sus tres fases de ascenso a Segunda A en la década de 2000; todavía añoradas por la hinchada linarense, con eliminatorias frente al Badalona, UD Las Palmas, Racing de Ferrol y Zamora.