Rosendo Mercado, Ramiro Penas y Tony Urbano formaron Leño cuando Madrid cruzaba la década de los setenta hacia los ochenta. Dese su último concierto oficial antes de su disolución en 1983, han sido nada más —o nada menos— que un recuerdo solo vivo en cintas de casete, camisetas y viejos vinilos.
El motor del grupo, Rosendo Mercado, con una carrera consolidada en solitario, no quería ceder a la nostalgia, y de ahí que sus reapariciones juntos hayan sido contadas y precedidas de algún aniversario.
Sin embargo, es tan profunda su huella que siguen cautivando a generaciones posteriores. De ello también se encarga Trek, una banda capaz de transportarnos a aquella época en la que Leño era capaz de llenar el pabellón de deportes del Real Madrid, algo que, por entonces, parecía una entelequia.
Esta tarde, a partir de las siete, con entrada gratuita hasta completar el aforo, Trek recordará en Garage Bar Elviris los temas que hizo de el trío madrileño uno de los grupos más influyentes del rock patrio. No en vano, con Leño aprendimos que se debía tocar con el corazón, que las letras eran importantes, que las canciones necesitaban más alma que técnica y que había que hablar de la calle, del barrio, de la gente normal.
