Miguel Ángel Belinchón, Belin, tiene repartidas sus obras por todo el mundo. Sus cuadros cuelgan de las paredes de las casas y estudios de personas anónimas, pero también de famosos del mundo de los negocios, del deporte o de la música.
Es el caso de René Pérez Joglar, también conocido como Residente, rapero, compositor y productor puertorriqueño, cofundador y vocalista de Calle 13, que este domingo celebró su 47 años en un apartamento de Nueva York, con una gran fiesta presidida por una obra del artista plástico linarense.
Ha sido el propio Belin el que, a través de sus redes sociales, ha agradecido multipremiado al cantante puertorriqueño su confianza en él. «Es importante no olvidar de dónde venimos. Por esto siempre estoy muy agradecido con las personas que confían en mi trabajo, porque gracias a ellos estoy donde estoy y sigo creando cada día», comenta el creador de Linares que cierra su publicación con un ‘gracias querido amigo Residente. Que siempre sea muy feliz».

El cuadro en cuestión es el retrato de una mujer con los pechos al descubierto siguiendo las líneas en las que combina el cubismo, el realismo y el arte urbano. De hecho, en una de las fotos subidas por Residente a su página de Instagram se ve al artista con una mujer con el torso desnudo y la pintura de Belin al fondo, estableciendo una conexión con el propio autor de la obra.
En la galería de imágenes de la fiesta, el rapero aparece con su compatriota Bad Bunny, las actrices Ana de la Reguera y Leslie Grace, el actor Rhenzy Feliz, los hermanos de René, entre ellos Eduardo Cabra, conocido como Visitante en Calle 13, y Kasia Marciniak, modelo polaca y actual pareja.
Residente no es el único artista de talla internacional que tiene un Belin. En 2021, el linarense obsequió al músico colombiano Sebastián Yatra con un cuadro de grandes dimensiones (dos metros por un metro y medio) con su retrato. Fue en el programa de televisión ‘El Hormiguero’, que emite Antena 3 y presenta Pablo Motos.
Para el grafitero andaluz, «la pintura es un idioma universal, da igual la ideología, la edad, el origen del público o del artista… estás pintando y, aunque sea por señas, se establece un encuentro con la gente, los vecinos, los que se paran a ver cómo trabajas», subraya.
