Juanma Porro defendió los colores del Linares cuando era cadete. Este lunes, durante la celebración del ascenso del Real Jaén a Segunda Federación en la Plaza de Santa María, el centrocampista natural de Quesada olvidó en el balcón del Ayuntamiento de la capital jiennense esa temporada que pasó en la cantera azulilla.
La salida de todo, con un cántico dirigido a la ciudad minera y a su equipo de fútbol, le ha costado la reprimenda de la afición linarense y de su propio club que, a través de un comunicado, ha tenido que pedir disculpas por lo sucedido, al igual que ha hecho el Consistorio jiennense.
Consciente de su error, el propio Juanma Porro ha reconocido que su canto -Puta Linares- fue del «todo injustificable» y que se produjo en un «momento de euforia y alegría desatada», por lo que también ha solicitado el perdón de los hinchas del eterno rival.
«El Real Jaén CF quiere pedir sus más sinceras disculpas al Linares y a los linarenses por los cánticos ofensivos y totalmente fuera de lugar emitidos por uno de nuestros jugadores durante la recepción oficial en el Ayuntamiento de Jaén», se puede leer en un comunicado publicado esta misma mañana.

Además, añaden que estos comentarios «no tienen justificación alguna y no están en sintonía con nuestra política de cordialidad y de querer aprovechar el fútbol para unir a toda la provincia, máxime teniendo en cuenta que el propio club azulillo fue de los primeros en felicitarnos por nuestro ascenso».
También desde el Ayuntamiento de Jaén, a través de las redes sociales, «rechazan cualquier discurso de odio que vaya en contra de los valores del deporte: respeto y compañerismo». «Todos hacemos provincia y nos quedamos con el ascenso del Real Jaen CF, el compromiso de sus jugadores y el orgullo de su afición», señala la publicación.
Lo cierto es que el cántico de Juanma Porro, que ni muchos fue el único contra el Linares durante los festejos, está fuera de lugar y lo único que ha provocado es incrementar la crispación entre los seguidores de uno y otro equipo.
Linares y Real Jaén sostienen una larga y compleja relación, extendida a sus aficionados, en la que no han faltado riñas y homenajes, rupturas y colaboración. El fútbol moldea las ciudades, y los derbis las ponen patas arriba. Más que partidos, son el enfrentamiento de dos visiones antagónicas, aunque igualmente válidas, de un mismo territorio. Conquistas y derrotas que, a menudo, poco tienen que ver con el deporte.