Nadie duda de que el Linares está en una situación alarmante. En Balaídos quedó retratado como un equipo menor, con una defensa timorata que se viene abajo a las primeras de cambio. El problema es que no es la primera vez que le sucede.
Los números no engañan y demuestran que el conjunto de Alberto González es un auténtico desastre atrás. Es, junto con el San Sebastián de los Reyes, el equipo con más goles en contra del Grupo I de Primera Federación, con 29 -sin contar los cinco del Sevilla en Copa-, de los que 19 los ha encajado en las últimas diez jornadas, en las que solo ha sumado 7 puntos de 30 posibles. Estadísticas que, de seguir así, llevarían al Linares al descenso de categoría.
Quedan lejos aquellas jornadas en las que la zaga que era un auténtico suplicio de superar. Esa solidez defensiva se ha perdido, aunque la culpa no es exclusivamente de la línea de protección. Como dice el tópico, el mejor ataque es una buena defensa, y esta empieza desde la delantera y pasa por el centro del campo. Sin presión en la salida del balón, el Linares es un equipo vulnerable para cualquier rival.
De no remediar esta situación, ya sea con más trabajo pico y pala o en forma de fichajes, la temporada en curso puede ser la que más veces el Linares ha sacado el balón de sus redes en las últimos tiempos.
