«¡Oh, Virgen de la Casita!/ Tú que tienes el poder/ quita el candado a las nubes/ para que empiece a llover». Los labradores de Alejos (Valladolid) le cantan a su patrona cuando se alarga la sequía y sus campos se vuelven yermos. Son muchos los pueblos de la geografía rural española que sacan en procesión a sus santos para implorar que llueva.
Por eso no ha sorprendido que el Obispado de la Diócesis de Jaén haya autorizado a la Cofradía de la Virgen de Linarejos -y a otras de las provincia- una veneración extraordinaria a su imagen titular con motivo de una rogativa especial para pedir su mediación para que llueva y que acabe la sequía en ciudades y campos de España. La cita, convocada para el próximo 7 de mayo durante toda la mañana, en la que habrá misa y procesión.
El caso es que las altas temperaturas han desfigurado este invierno sin frío y sin apenas nieve, y han dejado muchos embalses por debajo de las previsiones, lo que ha desembocado en una sequía que amenaza a la actividad agrícola.