Sobre todo en periodo electoral oímos de nuestros políticos estas frases en lenguaje figurado: trabajaremos sin descanso, nos dejaremos la piel, los otros sólo venden humo, vivimos por vosotros, con la verdad por delante…
Desde mi punto de vista son afirmaciones bienintencionadas pero excesivas. Si queremos políticos cercanos al Pueblo, pues que se parezcan a ese Pueblo de donde proceden. Humildemente, me permito estos consejillos para ellos, desde la empatía:
Trabajad pero con descansos incluidos, como dice el Estatuto de los Trabajadores. Atended a vuestras familias y dadle la oportunidad a éstas para que os atiendan. No hay nada más bonito que depender de alguien y especialmente que alguien dependa de nosotros. ¡Dónde se ponga la reciprocidad! Llevad siempre la piel puesta, como la nariz. No hace falta que os la dejéis en cualquier parte.
Decía Paul Valery que lo más profundo es la piel; lo que pasa es que, circunstancialmente, está arriba, en la superficie. Además, qué sería de nosotros sin los “contactos epidérmicos”
“Le llamaban piel y era como la tarde,
tan dorada como el sol sobre la miel…”
Dejad la venta de humo. Aparte de motivo manido, los bomberos podrían creer que hay fuego cerca. Los incendios son una tragedia. Plantad árboles, que no son «mobiliario urbano», ni un lujo decorativo sino seres vivos imprescindibles para hacer una ciudad más sana y habitable, para que podamos andar por nuestras calles sin el riesgo de un golpe de calor. Ah, y toldos en los patios de los centros escolares.
Vivid por nosotros, pero sin exclusividad; vivid por vosotros sobre todo. Entregarse a los demás tiene un componente egoísta, porque dejo de dedicarme a mí mismo. Dejo de pensar en mí mismo. Dejo de sufrir.
Vale, id con la verdad por delante pero también por detrás, incluso a los lados, que nos rodee, que nos envuelva, como la circunferencia al círculo.
Y luego, en otro plano, en el comunicativo, curráoslo un poquito más, ya sé que no es importante. Huid de los lugares comunes. Dejad ya de emplear términos como “emblemático”, o “somos un referente”. Echad un vistazo a los diccionarios de sinónimos. O “faltar a la verdad”. Cómo que faltar a la verdad! ¡Eso es mentir! Además por economía de lenguaje, para qué utilizar 4 palabras si te explicas con una. “Como no puede ser de otra manera”. Qué va, casi todo en la vida puede ser de otra manera. Tened cuidado con el verbo “adolecer”, que no es sinónimo de carecer y os hace decir muchas veces lo contrario de lo que pretendéis.
Ya sé que querer que haya una política sosegada es como pretender que haya café sin cafeína o un chocolate laxante, pero me gustaría que hicierais el propósito de reconocer públicamente, no sé, al menos una vez al semestre, que el adversario tiene razón, aunque sea mentira, por elegancia. Todo el mundo tiene razón desde su punto de vista, no hay más que leer a Shakespeare.
Lo contrario es una conducta farisea. ¿Os acordáis de los fariseos? Aquellos que construyen su bondad aupándose en la maldad de los otros. Los que se dirigen al Señor en estos términos: mira ése, mira lo que hace, no como yo, que no hago eso nunca. No puede ser, como decía Unamuno una guerra de “Hunos contra Hotros”. Y recordad que errar es humano, pero echar la culpa a los demás es más humano aún.
No generalicéis demasiado. Desconfío de quienes dicen hablar en nombre de todos: “todos los linarenses sabemos…”; claro, al final saben lo que tú quieres que sepan. Decir “los linarenses” es como decir “los gatos”; mejor vayamos de uno en uno. Decía Chesterton: ««Mi país, para bien o para mal» es como decir «mi madre, borracha o sobria»».
Sois gente de Principios, pero esto tiene un problema; muchas veces la gente de principios se queda ahí, no acaba las cosas…procurad serlo de finales. No hagáis oposición merluza: todo el día en las redes. Y uníos al menos en las cosas importantes. Cuando las telarañas se unen, ¡pueden atrapar a un elefante, aunque se balanceé! Lo peor de las elecciones es que te hacer ir al colegio en domingo…