El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Linares data de 1995. Por aquellos entonces, el paisaje urbano, industrial y económico de la ciudad era bien distinto y, como es lógico, no se parecía en nada al actual.
El crecimiento del municipio se ha realizado a golpe de modificaciones y adaptaciones parciales a las necesidades locales y a las sucesivas normas urbanísticas del Gobierno central y principalmente de la Junta de Andalucía.
A pesar de que los distintos Gobiernos que han estado al frente del Ayuntamiento han incluido partidas para la redacción de un nuevo plan, 28 años después apenas se ha avanzado en esta cuestión tan trascendente para el futuro del municipio, sobre todo en materia de servicios, actividad económica y generación de empleo.
Urge la revisión del PGOU para que pueda apoyarse en el nuevo decreto urbanístico andaluz con el fin de absorber las demandas de suelos, principalmente industrial, así como proyectar una ciudad capaz de soportar los desafíos medioambientales y energéticos que se plantean. También ha de servir para detectar zonas urbanas vulnerables y espacios sin urbanizar o necesitados de reurbanizaciones.
Solo intentos
La elaboración de un nuevo Pan General de Ordenación Urbana de Linares es una de las grandes asignaturas pendientes de los equipos de Gobierno que hasta ahora solo han mostrado disposición.
Uno de los intentos más serios se produjo en 2020 a instancias del concejal del ramo, Javier Hernández Tubio (Cilu). quien planteó la urgencia de iniciar la redacción siguiendo la senda de las adaptaciones realizadas en anteriores mandatos y sujeta a los informes sectoriales preceptivos que dependen de otras administraciones.
Los objetivos que perseguía Hernández Tubio pivotaban en cinco pilares estratégicos: generar más suelo industrial, incorporar los asentamientos urbanísticos, revisar las protecciones en suelo no urbanizable y de los hábitats naturales diseminados y el aumento de zonas verdes.
Sin embargo, la «expulsión» de Cilu del Gobierno municipal dio al traste con la posibilidad de llevar a cabo este nuevo planeamiento.
Así las cosas, lo único cierto es que el PGOU de Linares es un documento «obsoleto», que no recoge nuevas infraestructuras, ni equipamientos, más allá de las modificaciones puntuales que se introducen.
