El ejercicio y el juego son instrumentos para educar y difundir valores. Es la esencia del deporte. La cita del barón Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos, que dice «lo importante en la vida no es ganar, sino participar» cobra una especial relevancia en una sociedad en la que, por desgracia, cada vez prima más el individualismo y una feroz competencia por el éxito personal y profesional, dejando a un lado el trabajo colectivo, la solidaridad y el compañerismo.
La Copa Valorcesto, que promueve la Federación Andaluza de Baloncesto, persigue precisamente recuperar el espíritu deportivo más allá del marcador. El Mar Fotovoltaicas Linabasket ha demostrado en la sexta edición del torneo, que este año se ha celebrado en Sanlúcar de Barrameda, que la política de club de promover y fomentar valores a través de la canasta está dando los frutos deseados desde la base.
El premini, compuesto por jugadores nacidos en 2014, ha conquistado el título en la localidad gaditana porque ha sido el que más ha animado desde el banquillo, en el que mejor comportamiento ha tenido hacia sus rivales y por el respaldo recibido desde la grada por sus familiares que han cambiado los insultos y descalificaciones que vemos en muchos recintos deportivos por los aplausos, el cariño y el respeto tanto a los árbitros como a los adversarios.
No es fácil contenerse cuando en el que está en la pista es tu hijo o tu hija, pero los padres del Linabasket han cumplido a rajatabla las normas de la competición y han sido un ejemplo, al igual que los pequeños baloncestistas que entrena Raúl Garzón, un joven auxiliar de clínica que un día decidió abandonar la cancha y pasarse a los banquillos para formar a deportistas y a personas.
Raúl Garzón, seleccionador provincial de la categoría, ha sabido inculcarles a sus jugadores una actitud serena frente a las emociones que causan las reacciones agresivas. Gracias a la práctica del baloncesto, los chiquillos han aprendido a buscar soluciones pacíficas a los conflictos.
Para el entrenador linarense, el deporte no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para educar y difundir la solidaridad. Con este espíritu, establece una serie de estrategias que van desde la convivencia, el reparto equilibrado de minutos, la protección de la amistad o la eliminación de cualquier tipo de comportamiento que pueda resultar ofensivo.
Como es lógico, los padres están encantados porque saben que el deporte contribuirá al crecimiento personal de sus hijos desde un punto de vista asertivo.
El equipo que ha viajado a Sanlúcar de Barrameda ha estado integrado por Alberto Reyes, Ángel Béjar, Álvaro Garrido, Álvaro Sánchez, Alejandro Dueñas, Carlos Torres, Guillermo Rodríguez, Hugo Fernández, Gonzalo Báster, Julio Lado y David Palomares, a los que se suman otros nombres que no han podido estar en la copa por distintos motivos.
Se trata de una generación que está reportando éxitos deportivos al Linabasket, pero, sobre todo la alegría de constatar que van por el buen camino, transformando las vidas de nuevas generaciones.
👏👏👏👏 bravo por ese equipo de campeones !!! Enhorabuena chicos!!