Alberto Rodríguez Expósito ha anunciado este miércoles 11 de enero su retirada del fútbol en activo con 35 años. Su trayectoria como jugador finalizará en el encuentro que cierra la primera vuelta del campeonato del Grupo IV de Segunda Federación frente al Xerez CD en el Estadio Municipal de Linarejos. Ese día dirá colgará las botas después de defender la camiseta del Linares durante diez temporadas, en las que ha sido un futbolista ejemplar dentro y fuera de los terrenos de juego. Rodri pasa a formar parte del historial de leyendas de la institución azulilla.
Su decisión ha sido meditada. Hace tiempo que el mediocentro andujareño no se siente bien ni con fuerzas de seguir adelante. Su cabeza se ha desconectado del balón y cree que ha llegado el momento de dar un paso al costado para no defraudar a toda la gente que tanta confianza ha depositado en él.
Sensiblemente contrariado, Rodri ha comparecido este miércoles para comunicar su determinación. Lo ha hecho arropado por el director general del Linares, Carlos Hita, que ha tenido palabras de agradecimiento hacia la figura del capitán. «Desde su llegada, Rodri se ganó el cariño y respeto de compañeros, entrenadores y, por supuesto, de nuestra afición, que siempre lo recordará como un símbolo de entrega y amor por esta camiseta», ha destacado.
Legado imborrable
Rodri deja un legado imborrable. Acumula 355 partidos oficiales en los que ha marcado 7 goles y ha sido pieza clave del equipo en el eje del centro del campo. En él, intervinieron figuras que han sido clave a lo largo de su carrera, como Alberto Lasarte, Torres y Alberto González, entrenadores que vieron en el de Andújar a un jugador distinto, con clase, desequilibrante, de depurada técnica y fe en su capacidades, que, por caprichos del destino, lo han abandonado en esta última etapa.
Siempre estuvo donde quiso estar. No ha sido de esos futbolistas mecidos por el mar que terminan hechos un gurruño en inesperadas orillas. Ha sido constante y trabajador. Su carácter introvertido es compatible con su competitividad. Nada de dobles sentidos, ni de bromas.
Rodri será recordado como lo que es: uno de los mejores mediocentros que ha vestido la elástica azulilla. Lo suyo ha sido algo muy serio. Con él se va un héroe antiguo. Un vestigio de otro tiempo. No es nostalgia, es sólo el rapidísimo discurrir de las cosas. El 8 a media asta. Un adiós triste para la parroquia minera. El Linares echará de menos a su ídolo, pero para eso están los ídolos, para dejar un hueco en el alma de la grada.
El partido ante el Xerez CD será su último baile en Linarejos. Ese día el club y la afición lo despedirán con honores, como se merece una buena persona.
Fotos: Linares Deportivo SAD/Five O’Clock