Rafael Valdivielso

‘Common People’ y la lucha de clases: La reina del TikTok quiere ser normal

Si hay una canción que ha envejecido 30 años después con la dignidad de un sir inglés ha sido ‘Common People’ que precisamente es una mordaz crítica a las actuales ‘cayetanas influencers’ que publican vídeos en TikTok mimetizándose en barrios obreros de cualquier ciudad europea. Todos nos podemos encontrar a un ‘instagramer’ haciendo un vídeo comiendo en el Bar La Roja (en que barrio está?) oreja junto a un prejubilado se Santana, porque eso mola.

Toda canción del verano es una pieza con unos ingredientes y un objetivo. Un estribillo fácil de aprender, un baile sencillo y hortera, además de una melodía pegadiza, para conseguir un impacto mediático en la sociedad. Por todo ello, ‘Common People’ del grupo británico Pulp fue el hit del verano de 1995 en el Reino Unido. Daba igual dónde estuvieras, ‘Common People’ sonaba a todas horas. Era tu canción.

Antes de adentrarnos en la cuestión que nos ocupa, nos adelantamos dos años. Pulp lanzó ‘Cocaine Socialism’ en la cara B del single ‘A Little Soul’ un año después de la barrida electoral de Tony Blair en 1997. Al comienzo de la era del ‘Nuevo Laborismo’, el primer ministro quería que lo vieran como “moderno”, ya que él mismo había estado antes en una banda.

Se decía que Blair contactó a Jarvis Cocker (cantante principal de Pulp) para que apoyara su campaña electoral. Cocker rechazó la oferta diciendo: «No estaba dispuesto a usar mi posición de esa manera». Un acierto viendo en lo que derivó el ‘laborismo’ de Blair años después, con esa foto de las Azores, al lado del entonces nefasto presidente del Gobierno español, José María Aznar.

La letra canción más famosa de Pulp, ‘Common People’, se refiere a las diferencias de clase. Cocker, un votante laborista confeso, se burla sarcásticamente del político en «Cocaine Socialism». El título es un juego de palabras con la frase política «socialista de champán», que se usa para describir a los socialistas autoproclamados que tienen estilos de vida acomodados de clase media-alta, pero que les gusta hacerse fotos en barrios obreros, como La Paz de Linares.

La canción sigue un tema clásico de Pulp, una situación bastante inocua. En resumen, el político de izquierdas está presionando a Cocker para que reúna apoyo para el partido. El político le está hablando con mucho cariño a Cocker y ofreciéndole una raya de coca. La canción es una genialidad lírica y una de las mejores y más subestimadas de Pulp.

El tema empieza -metafóricamente hablando- como una charla entre un parroquiano de Arrayanes y nuestra ‘instagramer kish’, supongo, en forma de muchacha griega, que estudia Arte y ha hecho de su capacidad de adaptación, de parecer normal, de sentirse bien con el traje de saldo. Una identidad que cree ajena a cualquier ataque o herida. Ella no es una turista estúpida que viene de compras a una tienda pija de Linares y a ver la estatua de Raphael. Ella no tiene reparos en comer oreja frita en el Stop y frecuentar tugurios infumables. Ella es otra cosa. El problema es la sangre y la suya sigue siendo ‘cayetana’, hija de millonario.

«Conocí a la chica de la canción hace muchos años, cuando yo estaba en el St Martin’s College. La conocí en un curso de Escultura, pero en St Martin’s el programa incluía una quincena durante la cual tenías que estudiar otra materia. Yo estudiaba Cine, y ella quizá fuera a Pintura, pero ambos decidimos hacer escultura durante dos semanas. No recuerdo su nombre. Sería alrededor de 1988, por lo que ya era historia antigua cuando escribí sobre ella», describe el cantante.

Cocker rememoró un encuentro con esta chica durante un descanso en la cafetería del centro, cuando ella, la pobre niña rica, le confesó que “quería vivir en Hackney y ser como la gente normal”. Años después, Jarvis comenzó a darle vueltas, imaginando una supuesta conversación con la muchacha: «Venía de una buena familia, así que me puse a explicar porqué eso nunca podría funcionar. Odio eso que se suele ver en las películas y las revistas, que la gente pija se vaya a los barrios bajos durante una temporada. Una vez tuve esa narrativa en mi cabeza, fue muy fácil escribir la letra».

She came from Greece
She had a thirst for knowledge
She studied sculpture at Saint Martin’s College
That’s where I caught her eye
She told me that her Dad was loaded
I said «In that case I’ll have a rum and coca-cola»
She said «Fine» and in thirty-seconds time she said…

Ella y nos conocimos en la clase de arte,
ella estaba estudiando escultura, yo estaba en cine.
Ella estaba allí, sentada junto a la ventana,
pensando que estaba en un lugar completamente diferente.
Y luego llegué al bar,
Y ella dijo: «Mi padre es de dinero y mi madre es de pasta».

A continuación, Cocker explica como, a pesar de vivir como una persona ordinaria, la pija nunca entendería realmente lo que es la necesidad y la pobreza, pues en cualquier momento podría regresar a su vida privilegiada, mientras que una persona normal no tiene ninguna red de seguridad, solo puede seguir viviendo su vida.

En el tercer coro, Cocker lo dispara directamente: «Nunca vivirás como la gente común / Nunca harás lo que hace la gente común / Nunca fallarás como la gente común / Nunca verás tu vida perderse de vista».

Jarvis puntualiza sus pensamientos durante el último verso: «Nunca entenderás / Cómo se siente vivir tu vida / Sin significado ni control / Y sin ningún lugar adonde ir».

En una entrevista de 2010 para la revista Uncut, Cocker contó el proceso de creación de ‘Common People’. «Después de comprar un nuevo teclado, escribió la secuencia de acordes del tema. Steve [Mackey, bajista] se echó a reír y dijo: ‘Suena como ‘A Fanfare for the Common Man’ [de Emerson, Lake y Palmer]. Siempre pensé que la palabra ‘común’ era algo interesante. Se usaría en ‘Fanfare For The Common Man’ como esta idea del buen salvaje, mientras que en Sheffield era un verdadero insulto llamar a alguien ‘común’. Eso desencadenó recuerdos de esta chica que conocí en la Universidad. Quería ir a vivir a Hackney y estar con la gente común. Ella provenía de una familia acomodada y yo le explicaba que eso nunca funcionaría. Odiaba toda esa basura que aparecía en las películas y revistas en las que la gente rica vivía en los barrios bajos durante un tiempo. Una vez que tuve esa narrativa en mi cabeza, fue muy fácil escribirla líricamente», relata.

‘Common People’ se convirtió en un clásico instantáneo al momento de su lanzamiento, y, con una carrera de más de 15 años con poco éxito comercial al momento, la cúspide del éxito de Pulp llegó en 1995 cuando se presentaron en Glastonbury en lugar de The Stone Roses.

‘Common People’ tenía elementos de un himno, y decidieron que lo mejor era grabarla lo antes posible. Es por eso que la finalizaron durante dos semanas con el productor Chris Thomas. En particular, Cocker vio que hablar de los “barrios marginales” se estaba convirtiendo en un tema dominante en la cultura popular británica.

El lanzamiento del disco coincidió con los años del boom del britpop. De hecho, la emisora BBC Radio 6 Music concedió, con mucho acierto, a ‘Common People’ el honor de ser la canción más representativa del britpop, por delante de temas como ‘Don’t look back in anger’ (1996), de Oasis; ‘Girls & boys’ (1994), de Blur, o ‘Bitter sweet symphony’ (1997) de The Verve.

El documental de la cadena BBC 3, “The story of Pulp’s Common people” (2006) buscó a aquella rica joven griega (se comenta que es la pareja del economista y ex-politico griego Varoufakis), pero no consiguió dar con ella, por lo que Cocker dudó sobre su identidad: “Me enseñaron una fotografía, pero no era ella. No sé. Quizá no era griega. Quizá no la entendí bien”.

El nombre de Jarvis Cocker es de sobra conocido dentro de la historia de la música, sin embargo, aquella joven que “quería vivir como la gente normal” resultó ser una persona anónima. Al final se invirtieron los papeles y acabó siendo el cantante de Pulp quien dejó de vivir como la gente normal.

Si acudimos a la esencia, la canción apunta alto. Estribillo fácil de aprender: Wanna live with common people y sus derivadas. Podemos recordarlo. Lo siguiente es el baile. No existía tal hasta que llegó el momento de grabar el videoclip. En ese momento, Jarvis improvisó un baile ridículo, paródico y catatónico que cualquiera puede imitar, hacer suyo, llevarlo lo lejos que se quisiera en dimensiones patéticas y divertidas. Y la gente pilló la broma y lo hizo.

La canción está llena de buenas noticias. La interpretación de la banda, la distancia y las palabras justas con las que Jarvis nos explica la historia de él y la chica, mala leche y épica de perdedor, así como gran profundidad política. Porque si alguien quiere preguntar en qué consiste el ascensor social, es esta gloriosa canción.

En aquel momento, lo que diferencia a Jarvis y a la estudiante es que ella tiene un as en la manga: llamar a papá, volver a casa, y jugar las veces que quiera a ser ‘influencer’. En cambio, él debe aparentar ser un superviviente y, buscador eterno hacia una vida que se le escapará siempre. Y si la gente corriente solo bebe, compra y folla es porque no hay otra manera de entretenerse y de sentirse viva. Los ricos viven sabiendo que su dinero es inagotable. Los pobres sabiendo que si les llega, se acabará y será peor: deudas y rencor.