Si hay una tradición navideña por antonomasia es la de montar o celebrar un belén. Entorno a su visita se organiza un turismo local que encandila en estas fechas señaladas. Pero cuando se trata de la representación viviente y fidedigna de los mismos el atractivo se incrementa y la tradición comienza a concitar a gente de rincones más alejados.
Aquí la provincia de Jaén tiene mucho que mostrar. Son muchas las poblaciones que escogen este tipo de conmemoración de la Natividad, y en cada lo hacen a su manera, pero si existe un municipio que sobresale del resto ese es Ibros. El pasado domingo viajó en la máquina del tiempo hasta la mismísima Judea.
Sus obras sorprenden por los detalles y por el gran nivel de realismo con el que recrean los paisajes de hace 2025 años. De hecho, no falta ni la Guardia Pretoriana, procedente de Linares, cuyo desfile dejó este domingo a más de uno con la boca abierta, al igual que los puestos que ofrecen una rica oferta gastronómica típica de Navidad.
Recorrer las calles del casco histórico y la Muralla Ciclópea de Ibros es simple y llanamente una maravilla. Se representan escenas bíblicas, populares y costumbristas, en la que niños y mayores son los protagonistas. En su belén viviente se muestran muchos de los viejos oficios y modos de hacer, con los útiles y enseres ligados a los mismos. Cada una de las escenas es, en cierta manera, una representación de algún modo de vida del pueblo.




La implicación de los vecinos es total, con la participación de colectivos, asociaciones y figurantes. Además, el público puede pasear libremente por todo el recorrido, mezclarse con los personajes e interactuar en la propia escena. Esta iniciativa, que cumple su decimotercera edición, es esencia pura de Andalucía.
«Es un evento que atrae a gente de toda la comarca para visitar este belén viviente que se ha convertido en una cita obligada cuando se aproxima a la Navidad», destacó el presidente de la Diputación, Paco Reyes, quien pudo comprobar el «orgullo que siente los ibreños» en esta experiencia única.
Reyes destacó la consolidación de esta iniciativa cultural, «un encuentro en el que impera la unión y la implicación de todos los vecinos para hacer posible este proyecto, así como su creciente capacidad de atracción, ya que cada año suma un mayor número de visitantes», apuntó.
El belén viviente de Ibros, que organiza su Ayuntamiento bajo el auspicio de la Diputación, es museo vivo de la tradición popular, con un alto valor histórico, etnográfico y simbólico, que merece la pena conocer en este precioso rincón de la comarca de La Loma.