El 11 de marzo del pasado año Josué A. U. se libró por los pelos de caer detenido. Fue durante un operativo contra el clan que lidera: ‘Los Alicantinos’. Consiguió zafarse de las fuerzas de seguridad después de arremeter con su vehículo contra las patrullas que lo estaban esperando en un control. Dicen que pidió refugio en Bailén y después en Baeza, o viceversa, no está del todo claro.
Lo que sí es un hecho es que Josué A. U., alías ‘El Pechuga’, está entre rejas desde hace un par de semanas cuando fue apresado durante la operación Piruleta por el Grupo de Estupefacientes de la Comisaría de Linares en su domicilio de la Estación Linares-Baeza, donde permanecía escondido desde hace meses. «Es como un búnker al aire libre, al que es muy difícil acceder sin que los miembros de esta organización lo sepan», declaró el pasado miércoles el comisario provincial, Adriano Rubio, quien lo conoce perfectamente de su etapa en Linares.
‘El Pechuga’, de 42 años de edad, lleva prácticamente toda su vida, presuntamente, dedicado al tráfico de drogas, primero al menudeo y, con el paso del tiempo, a la distribución a gran escala. Está considerado por la Policía como uno de los mayores narcos de la provincia en esta práctica ilícita.
Detrás de su corpulento cuerpo, se esconde un hombre sigiloso y metódico. No da puntada sin hilo. Sabe perfectamente de qué va el negocio y se ha ganado un nombre entre el resto de clanes y familias que operan en Linares y en el resto de Andalucía.
La historia de El Pechuga tiene tantas caídas como ascensos. Ha sido detenido y encarcelado en numerosas ocasiones, pero siempre ha mantenido el control de su organización. De cara a la gente, es un vecino más. De hecho, no es extraño verlo, cuando está en libertad, desayunar o tapear junto con su esposa en los bares y cafeterías de Linares como un tipo normal. «Es buena persona y muy educado», dicen a este periódico personas que lo conocen. «El problema que tiene es cuando se pasa de frenada y que, obviamente, se ha equivocado de camino. Ha preferido estar al margen de la ley», añaden.
Durante meses, familiares de ‘El Pechuga’ difundieron, a través de las redes sociales, diversos vídeos y mensajes en los que se desvinculan totalmente del tráfico de estupefacientes. Es más, la mujer del cabecilla del ‘Los Alicantinos’ llegó a decir en el programa de La Sexta ‘Equipo de Investigación’ que «viven de la ayuda de 427 euros de su marido y de la ropa que vendo por las calles». Una afirmación que contrasta con el alto tren de vida que exhiben algunos de sus miembros.
Tras el arresto de ‘El Pechuga’ se da por descabezada la principal distribuidora de droga de la provincia. Es la teoría, porque, luego, en la práctica los capos caen, pero el negocio del narco continúa. Han sido detenidos reyes, príncipes y lugartenientes y la venta de estupefacientes no se ha parado, porque todos ellos, de una forma u otra, no han hecho otra cosa en su vida.