La cara B del mercado inmobiliario en Linares es el alquiler de locales comerciales: abunda la oferta y escasea la demanda. En las plataformas más conocidas se ofertan más de un centenar de bajos de segunda mano, cuyo arrendamiento oscila entre los 250 y los 3.000 euros al mes, de media. En Linares faltan pretendientes que estén interesados en locales para abrir negocios.
Los jóvenes que ideas o proyectos prefieren alojarse en los centros de emprendimiento e, incluso, utilizar sus propias viviendas antes de aventurarse en alquiler de un bajo comercial. Por ejemplo, en la calle Canalejas un local de 30 metros cuadrados sale a 300 euros mensuales. «Es imposible acceder a esos precios. Muchas bragas tengo que vender para hacer frente a todos los gastos que genera un negocio para una autónoma», sostiene a Carmen, quien hace un tiempo quiso aventurarse con una tienda de lencería, pero desistió y se marchó de Linares.
«Es un cúmulo de circunstancias. Se establecen pocos negocios. Hay locales que cierran y no se vuelven a alquilar, ya sea porque son caros o porque les persigue la mala suerte. Internet influye en la venta al público, tanto para clientes como para comerciantes, que optan por las tiendas virtuales en vez de las físicas», precisa a este periódico Manuel Molina, gerente de Linkasa.
Contexto económico
Asimismo, apunta que la situación económica de la ciudad no invita tampoco a los inversores que se topan con precios «un poco elevados» para el contexto en el que nos encontramos. En este sentido, señala que el mercado inmobiliario en relación con los bajos comerciales «no ha notado mejoría alguna en los últimos tiempos».
Y esa realidad es más que palpable. Basta con darse una vuelta por el Centro Comercial Abierto para constatar que existen calles con más negocios que abiertos. La linarense Sagasta es uno de esos ejemplos. «Da pena verla, con lo que ha sido para el comercio de la ciudad», indica a El Nuevo Observador Manuel Morales, vecino de la calle Viriato que ha bajado al centro para comprar unas herramientas en una ferretería cercana.
En Sagasta se ofrece en el portal inmobiliario idealista un local por 600 euros al mes. Por ese mismo espacio han pasado ya varios negocios, principalmente de ropa. A solo unos pasos, en Antón de Jaén hay otro libre de 95 metros cuadrados por una renta mensual de 1.000 euros. Es muy difícil hallar en el municipio un local por debajo de los 250 euros. Los hay, pero en zonas alejadas del centro, por lo que están destinados a oficinas más que a otra cosa.
Otro de los matices, de acuerdo siempre con idealista, es que se ofrecen muy pocas rebajas en los precios iniciales de arrendamiento, si bien es cierto que, al final, se puede negociar un descuento, aunque ello depende del propietario y de las ganas que tenga de alquilarlo por debajo del coste prefijado.
El sector que se lleva la palma de locales que se han quedado vacíos es el comercio. Otro que no se queda atrás es el de hostelería.
Galerías comerciales
Hace algunas décadas, antes de que las grandes superficies comerciales proliferasen en las ciudades, las galerías cotizaban al alza. Eran espacios cómodos en los que en un puñado de metros, y sin exponerte a las inclemencias del tiempo, podías comprar un vestido, unos zapatos y unas lanas para hacerte un gorro.
En la actualidad, sin embargo, esos corredores comerciales cubiertos languidecen acribillados por todos los frentes: por los centros comerciales, por la caída general del comercio, por las ventas por Internet, y sobre todo, por no lograr captar flujo de clientes.
Fotos de recurso: Javier Esturillo