Paco tiene 74 años y con 16 cambió Linares por Francia «porque en el pueblo no había nada». Regresó medio siglo después y apreció una zona mejorada, aunque lejos de lo que realmente esperaba. Ismael se sacó hace unos meses unas oposiciones y ahora trabaja en Barcelona. Licenciado en Derecho, sabía que su futuro estaba lejos de la ciudad en la que nació hace 30 años.
Linares sufre un severo riesgo de despoblación. Lo dicen los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que la sitúan como la ciudad española que más habitantes ha perdido en un solo año con –1,1 por ciento en términos relativos, seguida de, Cádiz (–1,1) y Puertollano (–0,8). Su población a 1 de enero de 2023 es de 55.130 vecinos, 599 menos que en la misma fecha del año anterior.
Y lo peor es que la proyección a corto y medio plazo apunta a que el declive demográfico continúe con el peligro más que evidente de que la localidad baje de los 55.000 habitantes en poco tiempo.
La capital jiennense registró, por contra, incrementó de población el año pasado con 111.767 personas censadas a 1 de enero de 2023 frente a las 111.567 que había a 1 de enero de 2022. Comparado con 2021, no obstante, la cifra actualizada supone una reducción de 121 personas.
De los otros cuatro municipios jiennenses mayores de 20.000 habitantes, solo Martos aumentó la población durante el año pasado, al tener 24.369 personas censadas a 1 de enero de 2023 frente a las 24.344 que había a 1 de enero de 2022. En Alcalá la Real, Andújar y Úbeda disminuyó, al pasar de 21.621 a 21.596 habitantes, de 36.149 a 35.894 y de 34.071 a 33.838, respectivamente.
Silencio político
Desde que se conoció el pasado miércoles el padrón ni un solo político de la ciudad ha hablado de este asunto, a pesar de ser el problema más preocupante dado su calado en la estructura social y económica de la ciudad.
Pero si echamos la vista a las elecciones municipales, solo Ciudadanos se manifestó abiertamente sobre esta cuestión. Su candidato, Pedro Cintero, propuso un plan de choque para frenar el desempleo y la pérdida de población. En el resto de programas solo se abordaba este asunto de soslayo, sin entrar en profundidad.
Bien es cierto que antes que vaciada o despoblada, hay un Linares que fue abandonado. El uso de esos términos evita u oculta las causas que han provocado el abandono: la falta de presupuestos y de servicios, la falta de niños y escuelas, el desmantelamiento ferroviario y, por supuesto, de empleo, porque sin oportunidades laborales difícilmente -por no decir imposible- se ancla la población al territorio. Es el círculo vicioso en el que lleva el municipio desde hace más de una década.
«Tengo más de 50 años y mi presente y futuro laboral es precario. Al final, uno se ve empujado a marcharse», señala a este periódico José María, que este mes lo echará en la aceituna, pero el que viene «no sabe dónde estará». No cree que haya políticas capaces de revertir la situación, salvo la reactivación industrial de Linares. «Esa es la única esperanza que tienen las próximas generaciones. En caso contrario, seremos un pueblo fantasma en pocos años», lamenta.
Señores políticos dejad de mirar para otro lado y….cómo si nada …estáis matando poco a poco a esta…..ciudad?