Josefa Pérez Jiménez no asistió ni al pleno en el que se dio cuenta a la Corporación de su nueva condición de concejal no adscrita, después de abandonar, en mayo, la bancada del PSOE por desavenencias con la dirección de su partido. Ese día, el 11 de junio, se encontraba en Mallorca, a donde se marchó unos meses antes para buscarse la vida ante la falta de oportunidades laborales en Linares.
Ella era una de las ediles del Grupo Socialista que no tenía liberación. Es decir, solo cobraba por asistencia a comisiones y plenos. Quería trabajar y le salió la posibilidad de hacerlo en las Islas Baleares, y allí que se fue «como miles de linarenses con formación y preparación que han tenido que emigrar» debido a la precariedad laboral de la ciudad.
Josefa Pérez es licenciada en Historia por la Universidad de Córdoba. Fue de número 10 en los comicios locales del pasado año y era una de las principales novedades que llevaba la candidatura de Javier Perales.
El partido del puño y de la rosa, que se queda ahora con nueve concejales, le dio más de un toque de atención por sus continuas ausencias y, antes e que le abrieran un expediente sancionador, decidió marcharse del grupo y pasarse a los no adscritos. En un escrito remitidos a los medios de comunicación achacó su decisión a «motivos ideológicos y personales» que hacían imposible continuar dentro de él.
La edil regresará pronto a la ciudad para incorporarse definitivamente a sus funciones como representante municipal. Insiste a este periódico en que no ha podido participar en la vida institucional del Ayuntamiento por motivos laborales y censura que «personas sin capacitación ejerzan trabajos para los que no están cualificados» y que éstas sean «colocadas a dedo» por las entidades públicas, lo que, en su opinión, agrava mucho más que el problema laboral siga creciendo.
En esta línea, añade: «Hay casos en los que ayuntamientos de la comarca destinan más de 27.000 euros anuales en la contratación de periodistas solo para tener un medio de propaganda política a su disposición». Y va aún más lejos cuando denuncia: «Hay gente que se encuentra de vacaciones y sí que cobra cantidades desorbitadas de Diputación o del propio Ayuntamiento de Linares», mientras que ella «no cobra nada de Consistorio» en tanto sus obligaciones laborales le impiden estar en el municipio.
Son dardos envenados para dos de sus excompañeros de filas, aunque sin concretar su identidad. Desde su punto de vista, esa situación resulta «más interesante para el bolsillo del contribuyente que es quien lo paga» que su absentismo en comisiones y sesiones plenarias.
Su salida del principal partido de la oposición no sentó nada bien ni en la calle Pedro Poveda ni en la calle Hurtado. Tanto la dirección local como la provincial instaron a Pérez a renunciar a su acta de concejal, alegando que su residencia fuera de la Península le impide cumplir adecuadamente con sus obligaciones municipales.
Ella ha hecho oídos sordos a todas las interpelaciones del PSOE y seguirá en la Corporación y se muestra segura de que puede desarrollar mejor su trabajo por Linares y los linarenses fuera del Grupo Socialista, respetando así a sus compañeros de partido.
Muchas razón. Se ha ido a buscarse el pan, ha tenido la decencia de no cobrar ni un euro del ayuntamiento mientras no ha ejercido sus funciones. Cómo bien apunta, otros tienen la desfachatez y poca vergüenza de no hacer nada igualmente, pero yendo todos los días a la «oficina».
Totalmente de acuerdo….pero también tenemos que ser responsables y con su voto hubieran salido o denegado algunas cuestiones llevadas a pleno….es como si tuviéramos una concejal menos….lo que pasa siempre que no queremos dejar paso a nadie…que tendrá tan bueno ser concejal….que no lo deja nadie…