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Análisis | Política en destrucción

Ciudadanos expulsa a su portavoz en el Ayuntamiento de Linares que se pasa al grupo de no adscritos en nuevo episodio de un mandato inclasificable

Por:Javier Esturillo
Raúl Caro-Accino impone la insignia de concejal a Antonio Barrios.

Cuando Raúl Caro-Accino fue escogido como alcalde de Linares, gracias a un pacto a tres bandas entre Ciudadanos, Partido Popular y Cilu, más de un linarense suspiró aliviado ante los «aires de cambio» que llegaban al Ayuntamiento.

A punto de acabar el mandato, la política local vive un nuevo giro de guion después de que Cs haya expulsado a su portavoz municipal, Antonio Barrios, por no pagar las cuotas del partido desde el pasado mes de julio. La formación naranja se basa en el artículo 12 de sus estatutos para mandar a Barrios al grupo de no adscritos.

El exportavoz de la Plataforma Ciudadana Todos a una por Linares aterrizó en el salón de plenos de la Estación de Madrid para sustituir la dimitida Noelia Justicia, quien un par de meses antes ‘sacrificó’ su puesto como concejal de Economía y Hacienda para intentar frenar la moción de censura del PSOE e IU, algo que no consiguió ni en los juzgados.

Ciudadanos ha hecho todo lo contrario de lo que prometió Raúl Caro-Accino -ahora en las filas del PP- en su discurso de investidura.

Aquel 19 de junio de 2019 el entonces alcalde apostó por «un cambio político desde el consenso y la moderación, priorizando las necesidades de la ciudad y dotando al Ayuntamiento de Linares de estabilidad». Cuatro años después, el partido naranja ha consumado la tormenta perfecta.

Antonio Barrios sonríe el día de la toma de posesión de su acta como concejal. Foto: Ciudadanos Linares

Sin embargo, los nubarrones y los truenos en Cs llegaron muy pronto. En el mismo momento que los dos únicos ediles fieles a la siglas y a su ideario, Pedro Cintero y Rafael Funes, fueron degradados hasta el punto de ser combinados de piedra en la gestión del equipo de Gobierno.

El resultado trágico de esa maniobra ha sido la pérdida paulatina de la confianza de los ciudadanos de un partido al que votaron 4.885 electores el 26 de mayo de 2019.

Más pendientes de las conspiraciones que de «levantar a Linares» de sus crisis profunda, este mandato es ya inclasificable, en el que se han vivido situaciones insólitas en la Corporación Municipal.

Comenzó torcido, con un pacto de conveniencia para ‘echar al PSOE’, y prosiguió con una moción de censura judicializada y la salida de hasta nueve concejales, uno de ellos, Joaquín Robles, por fallecimiento. De los 25 ediles que conforman la Corporación, dos han pasado a no adscritos, Juana Cruz -candidata de Mi Linares- y Antonio Barrios.

Nadie descarta a estas alturas de la trama, que acaben más concejales en la bancada de los no adscritos, como ocurriera en el mandato 2015/2019 que finalizó con cinco en ese grupo -Juana Cruz, Sebastián Martínez y Felipe Padilla, expulsados de IU, y Antonio Delgado y Francisco Javier Tortosa, por el Partido Popular-.

La única formación que se mantiene intacta y que concluirá el mandato como lo empezó es Cilu, la organización sobre las que más críticas se han vertido de los últimos tiempos en Linares.

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