Tal día como hoy de hace cinco años, más de 35.000 personas se echaron a la calle para protestar por el abandono institucional que sufría Linares. La manifestación que recorrió aquel 14 de septiembre de 2017 las calles de la ciudad emanó de la sociedad civil, de la recién constituida plataforma ‘Todos a una por Linares’. Fue la primera de las dos grandes movilizaciones ciudadanas que se realizaron para reivindicar la larga lista de compromisos incumplidos por la Junta de Andalucía y el Gobierno de España.
¿Qué ha cambiado en este lustro? La verdad es que pocas cosas. Al igual que en 2017, Linares sigue ostentando el triste honor de ser la ciudad con más paro de España, con el 30,90 por ciento de su población en edad de trabajar. Bien es cierto, que 14 puntos menos que hace cinco años, cuando se situaba en el 44,5 por ciento, según el estudio ‘Indicadores Urbanos’ del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El número de personas inscritas en en las Oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) apenas ha variado mucho. En 2017, la cifra de parados era de 6.688, mientras que en el presente año se sitúa en 6.099, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social. Es decir, un 10,9 por ciento menos, pero con una salvedad importante: el padrón municipal.
Así, en 2017, Linares contaba con una población de 58.449, 1.924 habitantes más que en la última actualización del padrón, con 56.525. Sin duda el dato más negativo de todos, porque alerta de la progresiva despoblación del municipio, que en la última década ha perdido 4.425 vecinos.
En relación con su economía, la ciudad contaba hace cinco años con 2.666 empresas, y los últimos datos que existen al respecto -de 2020-, hablan de que este número asciende a 2.736, entre las que sigue predominado el sector servicios, con 1.213. También ha experimentado un crecimiento la renta bruta media de la ciudad, pasando de los 22.602 euros per cápita de 2017 a los 23.569 actuales.
Linares ha perdido músculo financiero en cuanto al número de oficinas bancarias. En 2017, había repartidas por la localidad 23, mientras ahora solo hay 17, producto, por otro lado, de la política de digitalización y reducción de platillas que están llevando a cabo los bancos.
Otro indicativo a tener en cuenta es el número de afiliados a la Seguridad Social que hace un lustro rozaba los 11.000, mientras que, a julio de 2022, está en 11.992, 574 más en relación al mismo periodo de 2021.
Comprar una vivienda, en estos momentos, sale más barato que en 2017. Aquel septiembre de hace cinco años, el precio medio del metro cuadrado se situaba en los 855 euros, mientras que en el último semestre de 2021, era de 781 euros.
A groso modo, estas estadísticas indican que Linares sigue, al igual que en 2017, estancada y sin ver la luz al final del túnel. Entre medias, ha pasado una pandemia -como el resto del mundo- y ha visto como sus principales motores económicos del sector del comercio han abandonado la ciudad: El Corte Inglés, Zara, Springfield, Jack and Jones… sin encontrar sustitutos que recuperen la capitalidad comercial de la comarca.
Los datos dicen, del mismo modo, que Linares necesita un cuidado especial por parte de las administraciones para salir del pozo en el que se encuentra. De las innumerables demandas que se proclamaban en la tarde de 2017, solo se ha cumplido una y todavía no es una realidad: la cesión y revitalización del Parque Empresarial Santana.
La remodelación del Estadio de Linarejos, por ejemplo, en la que se invertirán 11 millones de euros, nueve de la Junta y dos del Ayuntamiento, no era una prioridad en aquellos días o, al menos, la plataforma Todos a una por Linares no la nombró entre sus reivindicaciones, aunque los aficionados la pidieran a gritos desde hace tiempo.
Si se habló, y mucho, del Plan Linares Futuro y de un plan de reindustrialización para la Nacional IV, además de una Inversión Territorial Integrada, más conocida por todos por sus siglas: ITI, que comenzamos a escuchar gracias a ‘Todos a una por Linares’, que fue el primer movimiento ciudadano que la puso encima de la mesa. Incluso, hubo un acuerdo para que fuera de manera exclusiva para Linares y su comarca. Sin embargo, la intromisión de la Diputación y de otras plataformas ciudadanas hizo que esos fondos europeos se repartieran a toda la provincia.
Asimismo, se pedía el Puerto Seco, el ramal de Vadollano, la playa de vías para Santana, más conexiones por ferrocarril, mejores infraestructuras… y, sobre todo, una atención preferente por su dramática situación. Y Linares sigue esperando cinco años después.
Fuentes: Instituto Nacional de Estadística, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía y Ministerio de Hacienda y Función Pública
