Luisa Martínez apenas ha descansado en los últimos días. Durante la tarde e incluso la noche ha estado recolectando los productos frescos que ella misma cultiva y que este martes colman el mostrador de su flamante puesto en el Mercado de Abastos de Linares. Frutas y verduras recogidas con sus propias manos que, desde hoy, van a la despensa de los linarenses sin intermediarios. De la huerta a la mesa.
A sus 27 años, ha decidido montar su propio negocio y ha elegido la plaza linarense para ello. Representa la rica variedad de la huerta de Campillo del Río, lugar en el que siembra las berenjenas, los tomates y otras hortalizas que luego vende en su puesto a un precio más que razonable. También tiene fruta de temporada y productos de proximidad para llenar el carro de la compra de manera saludable.
Luisa Martínez ha sido la última en llegar al mercado municipal, donde Carnicería Rodri ha ampliado su espacio de venta y, en breve, otros se sumarán al proyecto comercial en el que tanto empeño está poniendo el concejal del ramo, Antonio Luis Hervás. «Poco a poco estamos consiguiendo llenar de vida la plaza», dice con satisfacción el responsable local.
Lo cierto es que no le falta razón. Después de un año abierta, la plaza de abastos ha conseguido captar la atención de jóvenes tenderos y del público en general, frente a la durísima competencia de las grandes cadenas de distribución.
Rescatar la esencia histórica de esos lugares es uno de los mayores desafíos de Antonio Luis Hervás, quien ya trabaja en nuevos proyectos, como la instalación de la climatización y la apertura del aparcamiento.
El Mercado de Abastos de Linares está demostrando su capacidad de resiliencia ante la adversidad. Se ha convertido en un espacio social que se construye desde abajo por los propios tenderos, con la ayuda del Ayuntamiento que no para de innovar y de fomentar las compras a través de todo tipo de actividades.