Faby Arévalo, la inspiradora historia de una mujer común

La linarense comenzó a competir con 40 años y, en la actualidad, es todo un referente de las carreras de larga distancia, además de un ejemplo de superación

Por:Javier Esturillo
Faby Arévalo durante una carrera.

Faby Arévalo es una mujer común y corriente que hace cosas extraordinarias. Hasta 2016, su relación con la actividad física se limitaba a pequeñas caminatas por el campo. Era una más de esas linarenses que vemos cada mañana o cada tarde por las vías verdes, los senderos mineros o la ronda sur con el paso acelerado.

Fue en ese año cuando comenzó a sentirse atraída por las carreras de montaña, gracias a otros deportistas que le hablaron de ellas. A los 40, abandonó su zona de confort y decidió probar suerte en competiciones federadas. «Solo por divertirme», advierte a este periódico. Desde entonces no ha parado de pulverizar registros hasta convertirse en una de las mejores corredoras de ultrafondo no solo de la provincia, sino del resto de Andalucía.

Su carácter y su capacidad de superación son un ejemplo para los atletas jóvenes y una prueba más de lo que es capaz de hacer el ser humano sin necesidad de mirar el DNI, ni la condición física de una persona. «Basta con proponérselo, con marcarse pequeños retos. Todo depende de la fuerza de voluntad», asegura Faby Arévalo, una apasionada de la naturaleza desde la infancia. Su familia tiene una parcela en San Roque, a pocos kilómetros de Linares, donde de pequeña correteaba entre los olivares y disfrutaba del olor a tierra mojada en primavera.

Faby Arévalo cruza la meta de la mano de su marido José.

Empezó a trotar por la montaña a pesar de que, al principio, ella misma se veía rara. Tanto es así que, pasado el tiempo, no se cree lo que ha conseguido, como acabar, por ejemplo, con muy buena nota, la Ultra Trail del Mont-Blanc, una carrera mítica de resistencia que discurre por tres países europeos a lo largo de sus más de 170 kilómetros de recorrido. O completar con enorme éxito la West Highland Way Race, que se disputa por espectaculares entornos de Escocia.

En su club, el CA Sierra de Segura, y en su familia ha encontrado los mejores apoyos. Ellos son los que le aportan la energía cuando comienzan a fallar las fuerzas. Su marido José y su hijo Cristian son su mayor punto de equilibrio. «Pienso mucho en ellos, especialmente en mi pequeño, cuando estoy en plena competición. Me aporta estabilidad y, sobre todo, felicidad», apunta a El Nuevo Observador.

Faby Arévalo, a pesar de sus logros, no se obsesiona con el entrenamiento. Más bien todo lo contrario. Suele caminar unos 30 kilómetros a la semana, repartidos en distintas distancias. Eso sí, intenta llevar una vida sana, alejada de los excesos y basada en su entorno más cercano, porque Faby es una mujer hogareña. «Una ama de casa corriente», insiste para animar a la gente a que haga deporte.

La corredora linarense en el podio de la prueba de larga distancia de Santiago Pontones.

No en vano, las carreras le han ampliado su visión sobre el mundo y la realidad, además de sumar nuevos amigos a su círculo íntimo. «Estoy conociendo a personas extraordinarias que me aportan muchísimo. No importa el sexo ni acabar el primero o el último. Todos nos ayudamos. El compañerismo es lo que más me gusta de este deporte», subraya.

Todos ven y reconocen en esta linarense de 47 años una fuente de inspiración. Su figura ha trascendido el ámbito deportivo y se ha convertido en un ejemplo. Gracias a Faby Arévalo, no hay excusa para no intentarlo.

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