En la víspera de la pasión, muerte y resurrección (fugurada) de Jesucristo, la tensión y la crispación entre el equipo de Gobierno (PP) y el principal partido de la oposición (PSOE) ha aumentado de manera considerable a cuenta de la gestión de Linaqua, la empresa mixta del agua de Linares. La extrema polarización de la política municipal comienza a envenenar el mandado con duras acusaciones de uno y otro lado.
El PSOE anunció esta semana su intención de abandonar el consejo de administración de Linaqua por la «falta de información y transparencia» y la aprobación de medidas que afectan a los ciudadanos «sin consenso». «Nos preguntamos qué pintamos allí si ni siquiera podemos decidir. Es hora de cambiar las reglas del juego», desafío el líder socialista, Javier Perales, en una rueda de prensa.
El citado consejo, presidido por el teniente de alcalde, Raúl Caro-Acino, ha tomado, a juicio del PSOE, una serie de decisiones que solo tienen como fin aumentar la presión fiscal de los linarenses con una subida del precio del agua para los próximos tres años.

Al día siguiente, Caro-Accino replicaba, en otra comparecencia ante los medios, para cargar contra Javier Perales, al que acusó de llevar el «cinismo hasta el extremo», cuando «no ha asistido a ninguno de los consejos de administración de Linaqua». «Sus acusaciones no es que carezcan de fundamento, es que carecen de conocimiento», replicó el dirigente municipal.
«Esta actitud no se limita únicamente a Linaqua», deslizó Caro-Accino para añadir: «Javier Perales está llevando a cabo en el Ayuntamiento el mismo modelo de dejadez en sus funciones, ya que asiste a algunas comisiones únicamente para firmar su presencia y marcharse. Esto muestra su nulo compromiso con la ciudad», denunció.
Asimismo, recriminó al grupo socialista sus continuos intentos de «obstaculizar y paralizar» la Administración con peticiones de acceso a expedientes «buscando no sabemos qué».
Confrontación total
El PSOE ha saltado como un resorte nada más escuchar las palabras del concejal popular y este Sábado de Pasión ha sacado a pasear toda su artillería para recordarle que sus afirmaciones «no solo son infundadas e inciertas, sino que ocultan el verdadero fin personalista que persigue Caro-Accino», quien, en opinión de los socialistas, representa «lo peor de la política personalista y oportunista».
En este punto, el secretario de Organización del PSOE, Joaquín Hernández, le recuerda que tras prosperar la moción de censura «renunció a su acta y abandonó el Ayuntamiento, dejando a la ciudad atrás cuando dejó de cobrar como alcalde de Ciudadanos» .
«Ahora, vuelve con el PP, después de asegurarse un sueldo público desde la Diputación y un cargo relevante en el Ayuntamiento. Este comportamiento no le da autoridad ni legitimidad para dar lecciones sobre la gestión municipal ni sobre el futuro de Linares», advierte Hernández en una nota, en la que también le reprocha: «Durante más de 20 años al frente de la Cámara de Comercio, Caro no fue capaz de atraer una sola empresa a la ciudad».

En relación con las ausencias de Perales en los consejos de administración, el número dos del PSOE de Linares argumenta que «no estaba de acuerdo con las órdenes del día que se proponían, en las que no entraban asuntos como la reparación de la piscina municipal o si se trataba la subida del precio del agua a los linarenses».
«Lo que Raúl Caro y su partido intentan hacer es cambiar el relato, intentando distraer a la opinión pública de su verdadera intención: subir el precio del agua en Linares durante los próximos tres años, un hecho constatado con lo que el PP mete la mano en el bolsillo de los linarenses», insiste.
Joaquín Hernández va aún más lejos al apuntar: «El PP lleva más de dos años gobernando Linares y no ha conseguido terminar ni un solo proyecto propio». En esta línea, reitera que «el único plan de los populares es electoral: terminar todo justo antes de las elecciones para intentar llevarse el mérito de lo que no han hecho», avisa.
El responsable socialista destaca que «las solicitudes de acceso a los expedientes y la información administrativa por parte del PSOE no paralizan la gestión, como insinúa el PP, sino que son un derecho democrático y una herramienta de control legítima», para indicar acto seguido: «Lo que verdaderamente paraliza la administración local en Linares es el oscurantismo y la propaganda. Lo que el PP no puede aceptar es que se fiscalice su gestión y se ponga en duda su falta de transparencia», lamenta.