La lucha de un pensionista de Linares con discapacidad para romper las barreras del autobús urbano

Antonio Martínez tiene movilidad reducida y denuncia la falta accesibilidad en el transporte público. Ha entregado medio millar de firmas en el Ayuntamiento para exigir la mejora del servicio

Por:Javier Esturillo
Antonio Martínez Perpiñán, el cuarto por la izquierda, muestra su reclamación junto con representantes vecinales y otras personas con movilidad reducida.

Viajar es un derecho reconocido internacionalmente. Sin embargo, el transporte público de Linares sigue limitado para personas con movilidad reducida. Antonio Martínez Perpiñán lo sufre cada día que quiere desplazarse en el autobús urbano. Le cuesta horrores poder acceder al vehículo y cuando lo hace necesita la ayuda de otro usuario, incluso para poder picar la tarjeta. «Todos son obstáculos», replica a este periódico.

Su caso no es nuevo, ni se ha solucionado con la nueva flota (solo han llegado cinco de los once autobuses prometidos). Sigue teniendo serios problemas para coger la Línea 4 (Villalonga-Hospital-Villalonga), que es la que frecuenta para poder ir, por ejemplo, al médico o realizar trámites en los bancos.

Esta semana ha registrado medio millar de firmas para denunciar esta situación y exigir al Ayuntamiento una solución definitiva que, de momento, no ha llegado. En esta lucha no está solo. Le arropan sus vecinos de Los Sauces y la Federación Himilce. «Es un reclamación justa, no solo para él, sino para todas las personas mayores o con discapacidad», señala un residente del barrio.

Antonio Martínez muestra los documentos que ha presentado en el Ayuntamiento. Foto: Javier Esturillo

Antonio Perpiñán está jubilado. No puede mantenerse durante mucho tiempo de pie, por lo que se acompaña de un andador. El problema va más allá de coger el autobús. También representa una odisea las paradas, puesto que, en su opinión, «muchas de ellas no reúnen las condiciones de accesibilidad al estar en la calzada, con el consiguiente peligro», lamenta.

No culpa a los chóferes, que suelen ser amables y considerados con él, sino a la empresa concesionaria y al Ayuntamiento, al que su obligación es garantizar que el transporte público cumpla los criterios de accesibilidad universal conforme a los requisitos técnicos vigentes.

Además, recuerda que debe facilitar una información accesible en parada y online que permita la agilidad en el servicio. Su caso refleja las barreras a las que se enfrenta todo un colectivo de personas con movilidad reducida o alguna discapacidad.

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Javier Portilla
21 horas antes

Como siempre en la vanguardia de las noticias de la ciudad

Rafael
8 horas antes

Yo cómo minusválido q va en silla de ruedas lo puedo decir en alto. Linares no es accesible. Tienes q ir mirando al suelo porque en la mayoría de la ciudad las baldosas están levantadas. Cuando coges un acerado al terminar el mismo no tiene bajante para q puedas salir porque queda la cera muy alta. Yo no sé quién es el encargado en el Ayuntamiento de Linares para el tema de la accesibilidad. Pero deja mucho que desear.