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Maribel Vanderloo

Linares: el milagro de los que creen

O más que un milagro, se podría traducir en trabajo, esfuerzo, visión y mucho amor por esta cuidad. A veces parece ser que para ser linarense hay que ser guerrero: y sí.

Si has crecido en Linares sabrás de lo que hablo. Hemos sido testigos del enorme potencial en expansión que tiene nuestra querida cuidad. Nunca lo he dudado. Ni siquiera en épocas de pozos oscuros donde se nos ha metido durante décadas. Épocas, en las que han querido esquivar el desarrollo de Linares. Tal cual.

Épocas en las que hemos estado en las manos equivocadas. Donde el ninguneo aparecía por doquier en «aquellos cuya obsesión era hundir nuestra cuidad» con el mayor de los descaros.

Después llega la justificación y las excusas. Palabrería que no sirve de nada cuando las acciones demuestran lo contrario. A pesar de ello, hemos sabido sacudir las adversidades y salir adelante «sin mucha ayuda y con mucha visión» por y para Linares.

Y seguimos: somos testigos del potencial que siempre está y que nunca se fue. Un potencial que tiene que seguir mostrándose y expandiéndose: Empresarial, deportivo, gastronómico, histórico, cultural, ajedrecista, turístico, hospitalario y por supuesto, artístico. ¿Nada mal, eh? Seguro que me han quedado otros muchos en el tintero que suman valía.

Hay una claridad de los hechos, y es que todos hemos presenciado ese crecimiento (de nuevo), sobre todo los que vivimos aquí. Hay mucho por trabajar aún pero, ¡la alegría nos inunda de manera inmensa! Y no es para menos.

Sabemos que Linares no se puede dejar en manos turbias de nuevo. Y con esto concluyo; echar una mano antes que un peso. Sea del color que sea. Sumar pequeñas grandes victorias. Apostar por el progreso y alzar con valentía y lealtad a nuestra cuidad.

Como dice nuestro paisano Raphael: PALANTE!!!

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