Hace una semana encontraron el cadáver de un hombre de 58 años en un piso de la calle Velarde de Linares, después de que los residentes del bloque avisaran a los servicios de emergencias de que su vecino no se dejaba ver desde hace varias semanas y el olor que desprendía la casa era muy fuerte.
Al lugar acudieron varias dotaciones de la Policía Nacional y los bomberos, que hallaron el cuerpo de la víctima en el sofá rodeado de un montón de basura que invade todas las dependencias del inmueble.
Los vecinos viven una auténtica pesadilla. Al mal olor que sale de la vivienda se suma el riesgo de incendio por el amontonamiento de enseres y restos de residuos. Por ello, solicitan a las autoridades que intervengan de inmediato para limpiar y desinfectar el piso. «El ambiente es irrespirable y tenemos miedo a que pueda producirse un fuego», relata una residente a este periódico.
La convivencia con el fallecido se volvió «insostenible» para los vecinos de este bloque de la calle Velarde. Ya, en 2021, la comunidad de propietarios informó de su padecimiento al Ayuntamiento, que envío a un equipo de servicios sociales para que hablara con el hombre, pero este se negó a recibir ningún tipo de ayuda. Tampoco tenía relación con sus familiares, por lo que la situación se fue complicando con el paso del tiempo.
Su conducta no sólo era desagradable, sino peligrosa para el resto de vecinos que ahora han puesto los hechos en conocimiento del juzgado y otra vez de la Administración local, que ya ha tomado cartas en el asunto para tratar de garantizar la salubridad de la finca, puesto que, a juicio de los residentes, «se ha convertido en un problema de salud pública».
Asimismo, están a la espera de que se resuelva el laberinto legal sobre la propia vivienda, al existir lagunas sobre su titularidad. Desconocen, por otro lado, si el hombre, natural de Vélez-Málaga, sufría o no síndrome de Diógenes, porque, al parecer, no tenía diagnosticado este trastorno.
