José Antonio González, ‘Aouita’, es un hombre tranquilo. A sus casi 49 años, lleva una vida humilde, sencilla. Siempre de la mano de su esposa Juani, es fácil verlo por cualquier calle de Linares, unas veces caminando y otras a zancada limpia.
Lleva un tiempo convaleciente por una lesión en el sóleo que le impide competir. «Tenía varias carreras comprometidas, pero toca descansar», dice a El Nuevo Observador con esa sonrisa que siempre le acompaña. Sin embargo, ya no le obsesiona tanto ganar. Ahora, se lo toma todo con más calma. «Corro cuando puedo y por divertirme», añade el mejor deportista linarense de todos los tiempos.
Hace una semana, fue nombrado Profesor Honorario del IES Huarte de San Juan. «Aún no me lo creo. Si yo no he hecho nada ni he estudiado para ello», exclama con sorpresa. Quizá desconozca que detrás de ese delgado cuerpo se esconde una persona rica en valores y principios, marcados por el espíritu deportivo, porque más allá de la gloria, de las medallas o de los títulos están las personas, tal y como ha visto el centro educativo en este reconocimiento.
La historia de este atleta, que sufrió polio de pequeño, puede contarse saltando de éxito en éxito, pero también con fracasos y penalidades. Lo sabe y lo usa, pero en la proporción justa para no sonar como un coach sacacuartos que quiere convencernos de la trascendencia astral de levantarte cuando caes.
Este reconocimiento académico viene a devolver al atleta –diploma paralímpico en los Juegos de Sidney 2000– sus méritos contraídos con la sociedad, entre otros, el de su rebeldía moral, tenaz, comprometida, puesta a prueba en momentos muy difíciles, que ha hecho compatible con la alegría de vivir.
Fotos: IES Huarte de San Juan