Desde este viernes, el nombre de Luis Rentero Suárez está inscrito en el callejero de Linares, tal y como se merece al hombre que consiguió hacer de la ciudad la capital mundial del ajedrez.
Han pasado 44 años de la primera edición del Torneo Internacional Ciudad de Linares y doce de su desaparición; de un palmarés que abrió el sueco Jaan Eslon y cerró el búlgaro Veselin Topalov.
Fue creado en 1978 por este visionario empresario, forjado a sí mismo, que comenzó despachando ultramarinos de pueblo en pueblo a los mandos de su motocicleta y terminó con una importante empresa hotelera, después de vender su cadena de supermercados a una multinacional belga por 3.000 millones de pesetas.
Fallecido en la víspera de la Navidad de 2015, la fama mundial de Linares no se entiende sin personalidades como la de Luis Rentero, hombre de fuete carácter capaz de plantarle cara al mismísimo Gary Kasparov por su falta de combatividad. Solo le quedó una espina: ver Bobby Fischer jugar en su ciudad. Por lo demás, lo consiguió todo.
La Corporación Municipal ha querido rendirle este 14 de enero un homenaje póstumo con la inauguración de la avenida que lleva su nombre y la del deporte que tanto amó.
La iniciativa partió del Partido Popular y fue refrendada en el pleno por el resto de formaciones políticas para saldar una deuda con una de las personalidades más importantes de la sociedad linarense de los últimos tiempos.