Lorenza Lázaro Perdiguero cumplirá el próximo 28 de octubre 101 años, que se dice pronto. Este miércoles ha recibido la visita del alcalde de la Estación Linares-Baeza, Melchor Villalba, y del vocal del equipo de Gobierno, Juan Luis Palomares, que han llegado a su domicilio con una serie de obsequios y un mensaje muy especial: «Gracias por tanto, Lorenza».
Es la manera que tiene el Consistorio estacionero de rendir homenaje a las personas con más edad de la Entidad Local Autónoma (ELA) en el Día Internacional del Adulto Mayor, que se conmemora este 1 de octubre. La iniciativa surgió el pasado año, en el que el Ayuntamiento celebró una merienda, en la que se tuvo el mismo detalle con Juan Antonio Ruiz, el vecino más longevo del pueblo.
Ambos representan bien el perfil de esta población que exige poco, pero que mantienen esa esencia de lozanía y de sabiduría tan necesarios en cualquier territorio. Lorenza utiliza los recuerdos como un estímulo y no como la frustración de lo que fue y ya no puede ser. Ve el mundo desde una perspectiva humana y genérica, no es presa de su cuerpo ni lo pretende. Solo agradece cada día disponer de energía para mantenerse en forma por dentro y por fuera.
Nació en San Esteban de Gormaz, un municipio de Soria que ronda los 3.000 habitantes, pero ha residido la mayor parte de su existencia en Marçà, localidad ubicada en la comarca de Priorato, a unos 45 kilómetros de Tarragona. En Linares-Baeza ha pasado largas temporadas hasta que hace cinco años decidió fijar su residencia en el domicilio de su hija. Tiene otro hijo y acumula el cariño de seis nietos y diez biznietos.
«Nos sentimos muy afortunados de tenerla entre nosotros y de que esté tan bien», señala el regidor a este periódico. «Está fenomenal de salud y ánimo, tanto como para seguir cumpliendo muchos años más», remata Melchor Villalba, quien recuerda que las personas mayores son uno de los ejes principales de su acción de Gobierno. «Tenemos un amplio programa de propuestas de envejecimiento activo, con talleres de todo tipo, y siempre que podemos hacemos actividades con ellos, porque representan la historia viva de nuestro pueblo», apostilla el alcalde.
Esta centenaria abuela simboliza la ternura, la experiencia y la sencillez de todas esos mayores que han pasado por innumerables vicisitudes, aunque siempre se quedan con los buenos recuerdos. «Ha sido un encuentro fantástico donde la emoción ha sido la principal protagonista», concluye Melchor Villalba.
