Francisco Javier Perales Fernández (Linares, 1976) es un tipo curtido en mil batallas. Fue sindicalista antes que político y ha negociado convenios en uno de los sectores más complejos y duros de la industria, el metalúrgico.
Ahora, es el alcalde de Linares después de prosperar una moción de censura registrada en febrero, pero que no salió adelante hasta principios de julio debido a los recursos interpuestos por Ciudadanos y Partido Popular que, al final, han quedado en nada.
Exjugador de fútbol modesto, modestísimo para ser más concretos, afronta el mayor reto de su vida pública: sacar a la ciudad del atolladero en el que lleva ya demasiado tiempo. Su discurso suena muy pegado a la calle, de donde procede. Se siente agradecido por lo que tiene, sobre todo de sus dos hijas: Marta y Miriam, a las que trata de proteger de todos los ataques, algunos de ellos personales que recibe desde las redes sociales.
Conversa con El Nuevo Observador del nuevo curso político, marcado por la cita electoral del próximo 28 de mayo y por la necesidad de cumplir la larga lista de promesas que ha adquirido con la sociedad linarense.
—¿En qué ha cambiado Linares y el Ayuntamiento en estos dos meses de Gobierno de PSOE e IU?
—Han cambiado muchas cosas, pero la más importante es el diálogo. Este Ayuntamiento se ha abierto de par en par al resto de formaciones políticas, como se ha demostrado con su incorporación en la Junta de Gobierno Local, uno de los compromisos que adquirimos al llegar al Gobierno. Incluso, les cedimos la presidencia de algunos consejos. Creo que hacía mucha falta que volviera el diálogo al Ayuntamiento y lo hemos conseguido con la colaboración del resto de partidos. Lo que no podíamos seguir es con una clase política fracturada, al igual que la sociedad linarense.
—Su análisis no coincide con el del Partido Popular y el de Ciudadanos, que no ven cambio alguno en la ciudad y lo poco que ha hecho -dicen- se debe a su gestión de Gobierno. ¿Qué tiene qué decir?
—No tengo nada que decirles, porque todavía no hemos identificado esos proyectos que dicen que dejaron en marcha. Para empezar, no hubo un traspaso de poder. En mi caso, no he hablado con Raúl Caro-Accino. Ni me ha telefoneado en todo este tiempo. A excepción de algunos concejales del PP y de Ciudadanos, la mayoría se marchó sin hablar con sus sucesores. Esa es la manera en la que entienden el diálogo.
En cambio si reconozco lo que han dejado: una ciudad dividida, totalmente abandonada de intervenciones. Y no lo decimos nosotros, sino los vecinos de la mayoría de los barrios. Sin hablar de los comercios y las empresas que echaron el cierre durante sus tres años de mandato. La última, Mecacontrol, a la que el anterior equipo de Gobierno no prestó la atención que merecía para que se quedara en Linares. Con todo, estamos en conversaciones con la compañía para reconducir la situación.
Pueden estar tranquilos, porque no pienso de modo alguno atribuirme el éxito de sus proyectos, aunque sigan sin entender que estos son de la ciudad no de un partido o Gobierno concreto.
—Su predecesor dijo en una entrevista en una emisora local que, para finales de 2022, habrá 700 puestos de trabajo sobre la mesa. ¿Qué hay de realidad en esa afirmación?
—No lo sé, ni sé en que se basa. Lo único que le puedo decir es que nosotros estamos trabajando de manera coordinada, y sin perder ni un solo segundo, en crear las condiciones necesarias para generar empleo en la ciudad.
No he recibido llamada alguna de empresas que tuvieran algún acuerdo con el anterior equipo de Gobierno para implantarse aquí. Solo ha creado empleo, en este tiempo, el Centro de Competencias Digitales de Renfe, que esta semana ha incorporado a 30 nuevos trabajadores, y Evolutio que llegó gracias, en buena parte, a los incentivos concedidos por la Diputación y a un edificio que ya estaba hecho con anterioridad por el Gobierno socialista de la Junta.
Hemos tenido muchas expectativas, pero, a día de hoy, de su mano, pocas realidades en materia de empleo o de implantación de empresas. Los datos están ahí. Lo que si tenemos son compromisos de pago a los que ahora tenemos que hacer frente.
Lo que si le puedo asegurar es que no hemos parado ni un solo día de negociar para que podamos ofrecer realidades a la ciudad en este último trimestre. Una vez que estén cerrados los proyectos, los linarenses serán los primeros en enterarse.
—¿Cómo se ha encontrado el ambiente en el Ayuntamiento?
—Demasiado cargado y, sobre todo, se había puesto a la ciudadanía en la primera línea para que decidieran quienes son los buenos y quienes los malos. Esto no va de eso, sino de trabajar por el bien común de todos.
Nosotros hemos abierto de par en par las puertas del Ayuntamiento porque es de los vecinos, no de un partido u otro. Y me siento orgulloso de que los linarenses crucen esa puerta y se encuentren alguien que les atienda como se merecen. Los ciudadanos tienen ahora acceso a los concejales para platearles sus problemas, tanto en la calle como en el propio Ayuntamiento, como ha sido siempre.
—¿Un Ayuntamiento se debe gestionar como una empresa?
—Para nada. Un Ayuntamiento no es un ente abstracto, donde mandan unos y otros cumplen órdenes sin rechistar. Se gestiona desde lo humano, desde el sentido común y desde una acción política que trate de tú a tú al ciudadano.
El Ayuntamiento es una herramienta para nuestros vecinos que debe ser accesible y en la que se deben sentir cómodos. De ahí, la deshumanización que existía tanto hacia los linarenses como hacia los propios trabajadores municipales. Por eso, quitaron de la nomenclatura municipal lo de Recursos Humanos y pusieron Función Pública o Personal. Esto ya le da una visión por dónde iban.
De lo que más me siento satisfecho es de devolver la normalidad democrática y el diálogo a una Administración que representa los intereses de una ciudad, no de un partido. Valga como ejemplo, los cuatro meses de judicialización de la vida municipal que no han servido para nada, solo para impedir que se llevara a efecto un instrumento democrático como es la moción de censura.
—¿Cree que se ha perdido demasiado tiempo en los juzgados?
—A los hechos me remito. La causa se ha archivado de manera definitiva. Poco más que decir.
—¿La moción de censura se pudo evitar?
—Con diálogo. En septiembre del pasado año, envié una carta a Caro-Accino para sentarnos a hablar de gobernabilidad, economía, presupuestos… Ni me respondió. Lo que no era lógico que un Gobierno en minoría pretendiera obviar a la oposición, como hizo el anterior alcalde.
En cambio, nosotros hemos hablado con todos y proponiendo que trabajen con nosotros por el bien del conjunto de la ciudadanía, no de solo unos pocos. Les hemos tendido la mano para que presidieran consejos que han rechazado por decisiones de sus partidos. Algo, por otro lado, que nos ha sorprendido.
—¿En este Ayuntamiento se ha mirado por el encima del hombro?
—En cierto forma algunos se encargaron de crear concejales de primera y segunda clase y, lo peor de todo, sin atender a los ciudadanos, a los que solo quieren para las urnas. El modelo que defiendo desde mi partido y ahora desde el Gobierno está basado en el día a día, no solo en la jornada de votaciones.
Nosotros en la oposición presentamos más de 50 mociones consensuadas con la sociedad y, después de cuatro plenos, aún estoy esperando que registren alguna propuesta. El problema es que no se han llevado a cabo las iniciativas que presentamos.
—¿Ejecutará las mociones de la oposición que sean aprobadas en pleno?
—Por supuesto. Todo lo que sea aprobado se ejecutará. De hecho, estamos poniendo en marcha mociones que contaron con la aprobación del pleno y se dejaron en un cajón.
—¿Es usted una ‘marioneta’ del secretario general del PSOE de Jaén, Francisco Reyes?
—Es la única manera que tienen para desgastarme. Buscan cualquier estratagema para atacarme, y esta es una de ellas, máxime cuando el secretario general es, además, el presidente de la Diputación. Nosotros no somos ‘marionetas’ de nadie. Hemos demostrado de sobra que tenemos autonomía suficiente para tomar decisiones. Ellos utilizan esto, al igual que otras cuestiones personales, para dañarnos ante la opinión pública. Es triste que la oposición base todo su argumentario en este tipo de cosas y alimentar las redes sociales para que nos ataquen y fomenten la división.
—¿Qué aporta la Diputación a Linares?
—No podemos estar explicando una y otra vez lo que la Diputación da a Linares. Lo que ocurre es que desde el anterior Gobierno se trató de ocultar muchas de las iniciativas que son patrocinadas con dinero de la Administración provincial. Sin ir más lejos, los campeonatos de España de ajedrez, donde pone todos los años 100.000 euros.
Asimismo, creo que la gente desconoce que los asientos o el marcador que tiene el campo de Linarejos lo pagó Diputación, amen de los incentivos que ha dado a empresas de la ciudad para la generación de puestos de trabajo. En los últimos tres años se han creado 303 empleos a través de los planes intensivos de contratación de la Diputación. En concreto, más de tres millones de euros.
Nosotros tendemos la mano a todas las administraciones y destacaremos lo que nos da cada una de ellas. Y que le quede claro a todo el mundo que exigiremos a la Junta de Andalucía, al Gobierno y a la Diputación aquello que consideremos que es justo para Linares, independientemente del color político.
—¿Cree que la Junta puede bloquear o demorar proyectos?
—Para nada. Confío plenamente en la Junta y en su compromiso con Linares. Es más, hasta ahora su colaboración con este Ayuntamiento ha sido absoluta. Por ejemplo, se han puesto a nuestra disposición en el tema de la remodelación de Linarejos. Todas las dudas y sorpresas que nos hemos llevado con este proyecto, nos la están resolviendo. Agradezco a la Consejería su disposición total con este Ayuntamiento. En este sentido, nos advirtieron que íbamos muy tarde con este asunto, porque no había nada, más allá de una memoria descriptiva. Nos han planteado, incluso, una ampliación de plazo para que se hagan las cosas bien.
Dicho esto, vamos a pedir un poco más de todas las administraciones, sin mirar colores políticos. Ha sido la oposición la que ha puesto encima de la mesa asuntos tan importantes como el Puerto Seco o la finalización del ramal ferroviario del Parque Empresarial Santana. Las mismas voces que pedían que se acabara esta intervención han estado calladas durante estos tres años de mandato. Y solo se han invertido 50.000 euros en el Puerto Seco, mientras que en el de Antequera la aportación ha sido millonaria. Estoy seguro de que, pese a todo, va a existir lealtad política entre este Ayuntamiento la Junta, el Gobierno central y la Diputación.
—¿Qué ocurre con la transparencia del Ayuntamiento?
—Eso está cambiando. Duele que te den un tirón de orejas desde la Cámara de Cuentas de Andalucía porque no tienen ni un solo papel de la gestión municipal desde 2019. Curiosamente, esa opacidad se produce cuando sale el PSOE del Gobierno municipal y lo asume un concentración de fuerzas. A esto se suma, este mandato en el que la transparencia ha brillado por su ausencia. Es terrible. Le puedo confirmar que ya hemos mandado a la Cámara de Cuentas lo que nos ha solicitado y vamos a mejorar el portal de transparencia. Este Ayuntamiento necesita luz y taquígrafo para que la gente sepa qué se hace con el dinero público.
—Hábleme de las liberaciones y el puesto de confianza que ha creado en el Gabinete de Comunicación.
—Las liberaciones se han explicado sobradamente en el pleno y en referencia al último puesto creado, lo único que hemos hecho es acabar con una situación irregular. Había una persona que facturaba al Ayuntamiento por unos servicios de comunicación. Tenemos facturas de esta persona por valor de más de 26.000 euros. Me niego a seguir con esta fórmula. Es inmoral y estamos estudiando si es ilegal. La única forma de parar este desaguisado era creando un puesto de trabajo regulado y legítimo. Eso no lo ha explicado la oposición, ni donde iban esos 26.000 euros. Aquí las explicaciones las tienen que dar ellos. Nosotros no nos hemos escondido.
—¿Cuánta gente ha colocado a dedo?
—Creo que su pregunta es poco capciosa. Se trata de puestos de confianza que tiene el alcalde y el resto de fuerzas con representación. Tanto es así que Linares Primero que, con solo edil, dispone de su propio trabajador eventual. Todos los que están reconocidos en la plantilla presupuestaria seguirán en sus puestos. Lo que no vamos a cometer ilegalidades. Eso se lo aseguro.
—¿Por qué no hay presupuestos de 2022? ¿No los tenía preparados?
—Lo hemos intentado por activa y por pasiva, pero nos encontramos con numerosos obstáculos, como 31.000 operaciones en muy pocos meses. Es literalmente inviable y así nos lo ha comunicado el propio interventor. Ellos lo saben, pero es mejor atacar y esconder la verdad. La ciudadanía puede estar tranquila de que habrá presupuestos en octubre. El concejal de Economía y Hacienda, Javier Palacios, no ha dejado de trabajar ni un solo día para que las cuentas de 2023 estén elevadas al pleno en tiempo y forma.
El remanente que vamos a llevar al pleno es como un proyecto de presupuestos. Un dinero que ellos fueron incapaces de invertir en la ciudad. Crearon una hucha y no sabían en qué gastar ese dinero, con la cantidad de cosas que necesita esta ciudad, desde atención a los barrios, a los colectivos y hasta la generación de empleo. Los remanentes están para eso. Que se lo digan a los ayuntamientos donde gobierna el PP u otras fuerzas políticas. Ya está bien de confundir a la ciudadanía.
Además, le recuerdo que no tenemos mayoría absoluta, por lo que tendremos que asumir las propuestas que nos hagan desde la oposición. Es así de simple.
—Otro asunto que levanta polvareda es la remodelación del Municipal de Linarejos. ¿Cuáles son sus planes?
—Cumplir con la legalidad urbanística, simple y llanamente. Nadie va a firmar en este Ayuntamiento una ilegalidad. Estamos buscando soluciones y así se lo hemos transmitido a las partes implicadas, desde el club a los aficionados. Pueden estar tranquilos de que habrá remodelación, pero cumpliendo las leyes urbanísticas. Todo necesita su tiempo y cada paso que demos estará meditado y consensuado.
—¿Qué ocurre con el Parque Empresarial Santana?
—Pues que hay que reconfigurar muchas cosas, como nos está ocurriendo con la Edusi. Hace dos semanas nos notificó la Junta de Andalucía de que no se puede tirar la nave de Fasur. Ni siquiera habían justificado el proyecto ni la tasación conforme decían. Estamos resolviendo problemas porque ya nos hemos llevado el primer jarro de agua fría. Estamos trabajando tanto en las naves como en su ocupación, en una actuación que va en paralelo. En este punto nos va a ayudar mucho la Oficina de Captación de Empresas que financia, dicho sea de paso, la Diputación.
—¿Qué veremos en los próximos meses?
—Muchísimo trabajo y realidades, traducidas en buenas noticias en materia de inversión. Lo va a ver el ciudadano con sus propios ojos y nuestro propósito es que sea antes de diciembre. Llevamos mucho avanzado. Como ejemplo, están las bolsas de empleo que estaban bloqueadas. Este Ayuntamiento vuelve a ser operativo para los linarenses.