El Ministerio de Defensa ha enviado desde Alcalá de Henares de un convoy terrestre para el transporte de ocho todoterreno, dos ambulancias y cinco toneladas de material sanitario diverso con destino a Polonia.
Los vehículos ligeros Santana Aníbal y el material sanitario han sido provistos por los Ejércitos, la Armada y la UME, y dispuestos para el transporte por el Grupo de Apoyo a la Proyección (GAPRO), unidad que proporciona sostenimiento logístico a las operaciones y ejercicios tanto en territorio nacional como en operaciones en el exterior.
Según informa en una nota el departamento que dirige Margarita Robles, este cargamento servirá para cubrir necesidades logísticas y sanitarias de la más alta prioridad para el Ministerio de Defensa ucraniano.
El Santana Aníbal militar tiene las horas contadas
La división militar del Santana Aníbal pasará a la historia como vehículo todoterreno oficial del Ejército de Tierra después de más de veinte años de servicio en distintas unidades. Defensa ha iniciado los trámites para sustituir el modelo fabricado en Linares por otros más modernos.
El Santana Aníbal se presentó en 2002. Era uno de los últimos esfuerzos de la Junta de Andalucía por reflotar una compañía en caída libre. La idea es que absorbiera la demanda de todoterrenos rurales del Land Rover hechos en Linares, además de colocarlo en concursos públicos.
Para entonces el Gobierno andaluz había invertido decenas de millones de euros del ICO (Instituto de Crédito Oficial) en el desarrollo del Aníbal, que básicamente era el Santana 2500 con un motor Iveco de 2800 cc, inyección directa por raíl común y 125 CV.
Convocatoria del Ejército
Con las ventas del Aníbal en su primer año en mínimos, llegó en 2003 la convocatoria del Ejército para la compra de 750 unidades de un vehículo ligero. Dos contendientes parecían los más destacados: por un lado, Santana Motor y, por el otro, Urovesa, una empresa gallega que fabricaba el Vamtac, una suerte de Hummer español.
La verdadera ventaja de la empresa de Linares no era técnica, ni económica, sino política. Por entonces, la Xunta de Galicia estaba presidida por Manuel Fraga, mientras que la Junta estaba encabezada por Manuel Chaves y, casualmente, al frente del Ministerio de Defensa estaba otro de los barones del PSOE desde los años 90: José Bono. Con todo, Santana se quedó con el concurso y comenzó la fabricación en serie de la división militar.
Nunca se podía mantener una empresa y como cliente solo el estado…..cuando no se veían tanto esos coches a pie de calle algo tendrían…..muy mal hechos,a medio terminar y todos los días en el taller en garantía de la casa…una ruina…mira como los modelos de Suzuki están todos todavía utilizándose….siento decir muy mala gestión desde el director hasta el de montaje…Han sido muy egoístas y han mirado para y por sus intereses y a los que venían por detrás que les zurza.