La belleza de Linares despierta al llegar agosto, cuando la ciudad saca a relucir su sentimiento y su parte más genuina y auténtica, la que cree y vive las costumbres más arraigadas, la que se vuelca en poner el acento a lo que la hace única y singular.
Linares se hace diferente en este mes, el de la Feria de San Agustín, pero también el de las Fiestas del Jubileo, una tradición de 796 años de historia que se mantiene gracias al empeño de sus habitantes.
Un 5 de agosto de 1227, la patrona de la villa se apareció al pastor Juan Ximénez, en el mismo lugar donde en la actualidad se venera a la alcaldesa perpetua del municipio.
Fecha marcada en rojo en el calendario para el pueblo de Linares que, como cada año, ha vivido una de sus tradiciones más acendradas: las Fiestas del Jubileo.
Por más que pasen los años y los aniversarios, la presencia de Nuestra Señora la Virgen de Linarejos Coronada en las puertas de su santuario despierta un interés especial entre los linarenses. Muchos de ellos llegados desde distintos puntos del país para pasar agosto con sus seres queridos.
Adornada con rosas, claveles y margaritas, entre otras flores, y ataviada con manto azul, la imagen realizó el recorrido habitual portada por el cuerpo de horquilleros. Los momentos más emocionantes se vivieron este viernes y sábado, fiesta local.
Hubo ofrenda floral y misa nocturna, con la participación del Grupo Flamenco Desvarío. Y, coincidiendo con el aniversario de la aparición de la patrona, se ofició la función religiosa principal acompañada por los sones flamencos de los cantaores locales Marcos Leiva y Antonio Padilla, y la guitarra de Pedro Moreno, con la presencia de las máximas autoridades de la localidad, entre ellas la regidora, Auxi del Olmo.
Fotos: Virgen de Linarejos Coronada y Ayuntamiento de Linares
